4 DE
JULIO DE 1901 UN GRINGO DE LA GUERRA DEL PACÍFICO Y EL PRIMER
VUELO EN GLOBO EN LA CIUDAD DE ORURO
Idealización de la
preparación de vuelo del "Jean de Arc" del aeronauta Eduardo
Laiselle, en la ciudad de Oruro el año 1901.
Por. Ing. Miguel Salas Aguilar / Este artículo apareció
publicado en el periódico La Patria el 4 de Octubre de 2009
GLORIAS ORUREÑAS.
La historia nacional palidece al no tener claro los antecedentes de la historia
aérea en nuestro país, pues desde el siglo XIX al presente, la mayoría de los
ensayistas se volcaron trilladamente a desentrañar las acciones de los
gobernantes más de las veces triste y vergonzosa, olvidando a los simples
ciudadanos; hombres y mujeres, muchas veces anónimos y arrinconados en la
memoria bibliográfica, que desde su disciplinado y dedicado rincón del trabajo
supieron ennoblecer a las ciencias, meritorias existencias que se ofrendaron a
la arqueología, arquitectura, el arte, la botánica, la exploración, y un sin
fin más de disciplinas e incluso la osada y atrevida aventura de la aviación.
EL PRIMER AERONAUTA EN BOLIVIA.
¿Quién fue el primer aeronauta en nuestros cielos? Las primeras referencias que
se tiene de la actividad aérea en Bolivia datan de 1872, referencias y pinturas
de aquellos años muestran pequeños globos Aerostáticos en los paseos de la
ciudad de La Paz, ante la acomodada burguesía y la admirada plebe.
Una de las principales obras referenciales es el libro "Alas de
Bolivia" de la escritora Amalia Villa de La Tapia, la que refleja los
inicios de nuestra historia aérea. Esta escritora nacional refiere que la
primera ascensión al cielo fue el año de 1872, cuando gobernaba el país el Dr.
Tomás Frías, ocasión cuando llegó a la ciudad de La Paz una compañía de circo,
entre las que destacaba don Apolinar Zeballos con su globo Montgolfield,
iniciando con ello el nacimiento de nuestra historia aérea:
"…Apolinar Zeballos, de nacionalidad peruana, tuvo la idea de presentar un
espectáculo nunca visto en esta ciudad. Con tal motivo construyó un globo tipo
Montgolfield – 1783, utilizando tocuyo y otros materiales. Solicitó de las
autoridades nacionales el permiso respectivo para presentar al pueblo la prueba
de ascensión de un globo y, concedido que le fue. Zeballos instaló el globo en
la Plaza de Armas, hoy Plaza Murillo, y lo infló con los medios existentes en
la época. Concluido sus preparativos, Zeballos se lanzó al espacio tripulando
su globo, que se elevó hasta una altura de 500 m., permaneciendo en el aire
aproximadamente 25 minutos, al cabo de los cuales descendió sin ningún percance
en los terrenos de la zona llamada Tembladerani"
Aquella primera ascensión, lamentablemente no fue bien aprovechado. Los
sucesivos gobiernos nunca trataron seriamente de implantar este útil avance
tecnológico para aplicarlo en el campo civil y más que todo militar, ya que de
haberse tomado seriamente como útil herramienta de la defensa y exploración,
hubiera mejorado considerablemente nuestra posición en los posteriores años
republicanos.
De todas maneras esta primera ascensión con fines civiles en un globo
Montgolfield, está registrada solamente en la ciudad de La Paz, aunque no es
atrevido suponer que el mismo se hubiera podido realizar igualmente en la de
Oruro, por su próxima cercanía.
Apolinar Zeballos, se constituye biográficamente para este estudio como el
primer ser humano que se elevó a los cielos, iniciando con ello, una carrera
aérea del que muy pocos conocemos su autentica génesis histórica.
Lamentablemente del señor Zeballos, no se conoce mayores datos personales, como
resultado del indebido descuido hacia nuestros pioneros del aire, del siglo
XIX.
MUCHO ANTES DE LA GUERRA DEL PACIFICO
Igualmente que el peruano Apolinar que había llegado a nuestro país el año 1872
junto a una compañía de circo ambulante, hacia el año 1877 un ciudadano
norteamericano llamado Eduardo Laiselle, fue el Aeronauta que más impresionó
inicialmente al público chileno por sus acrobacias aéreas en un globo
Montgolfield llamado por su propietario como "Juana de Arco", el
mismo que posteriormente se trasladó a Bolivia donde logró el primer ascenso en
los cielos de nuestra ciudad, ante la expectación de una admirada población.
Un joven yanqui llegó al puerto chileno de Coquimbo, donde por vez primera para
aquel país el globo engomado "Juana de Arco" realizó su primera
ascensión.
El relato del historiador chileno, don Pedro Álvarez Pavez en su libro
"Tradiciones y Episodios de Coquimbo", relata que es esta ciudad
chilena, el lugar donde se realizó el primer vuelo en globo del siglo XIX, del
osado estadounidense E. Laiselle, para que décadas después lograse los mismos
exitosos vuelos en Oruro, La Paz y Cochabamba.
La proximidad de la inminente guerra, puso aquel acontecimiento en segundo
plano, por lo que el siguiente relato es una suerte de afortunado encuentro con
el pasado del los inicios de las actividades de este personaje.
"Empezaba a cresparse la cuestión chileno – boliviano que dio origen a la
Guerra del Pacífico, cuando al atardecer del domingo 2 de Febrero de 1879, el
joven Eduardo Laiselle, natural de Boston, ciudad que abandonó para recorrer el
mundo en una compañía de variedades, elevose ante la atónita población de
Coquimbo en su globo Aerostático "Jeanne d’Arc", de tela engomada, a
una altura considerable, para ir luego a caer cerca de los escombros del vapor
quemado –el Dover Castle– que se encontraba en la bahía. Ahí recibió uno de los
botes preparados al efecto y trasladándose al muelle de pasajeros, donde se
tributaron acaloradísimas felicitaciones."
"Por el motivo explicado al principio, talvez no se dio a dicho vuelo la
importancia que merecía, pasando este suceso casi desapercibido. Empero, veinte
años después, el 12 de marzo de 1899, el célebre Aeronauta repitió el ascenso
en la plaza ‘Vicuña Mackena’. Como era natural, en la plaza y en los balcones
del Hotel de France había gran aglomeración de gente, ávida de presenciar la arriesgada
aventura."
"A las cinco y media de la tarde el enorme aeróstato rasgaba los aires en
demanda del firmamento. El perseverante Laiselle, en traje de marinero, agitaba
el tricolor nacional en medio de los acordes de la banda de músicos que amenizó
el acto. A causa de que no soplaba la más leve brisa, la ascensión fue casi
vertical; por lo que la mongolfiera descendió sobre un edificio cercano, hasta
donde acudió el populacho enloquecido y vitoreó al audaz navegante. Esta vez
Laiselle fue objeto de una significativa manifestación de reconocimiento en la
que le fue obsequiada una bonita medalla de oro y un reloj por el Municipio
local."
"- ¡Jesús, María y José! ¡Que susto me da, niña! ¿A dónde irán a parar
estos hombres con sus inventos?... decía santiguándose, una vieja de pueblo a
su hija, mientras contemplaba desde el cerro el espectáculo aéreo, nunca visto
en nuestro puerto, con media boca abierta de pasmo.
La aventura aérea de Eduardo Laiselle en Chile, conllevaron a su
nacionalización; participó como combatiente del ejercito de aquel país,
retirándose años después con el grado de subteniente, después de haber
participado en las terribles jornadas de ‘Chorrillos’ y ‘Miraflores’ que fueron
contrarios a la Alianza Perú-Boliviana.
Muchos años después, luego de amplios vuelos en el vecino país, Laiselle
ingresó a Bolivia. Esta vez tocaría a Oruro ingresar en la historia aérea,
cuando un 4 de julio de 1901, el globo aerostático realizaría otra hazaña.
EL PRIMER VUELO EN ORURO.
Eduardo Laiselle, fue la primera persona en elevarse al límpido cielo
altiplánico y este capitulo constituye un homenaje a este pionero aéreo, pues
sin lugar a dudas contribuyo con el avance tecnológico de la naciente urbe
orureña, hacia principios de siglo XX.
Una buena prueba del uso de este aparato de vuelo en nuestra ciudad, se
encuentra en el periódico de nuestra Biblioteca Municipal, el mismo comenta en
breve crónica:
"De regreso de La Paz, ofrece don Eduardo Laiselle, contribuir con su
Aerostato, al festival de las próximas fiestas patrias del 6 de Agosto. Es de
esperar que el Comité respectivo, vote una suma destinada a contribuir a los
gastos que demande este espectáculo, que seria verdaderamente popular y
bastante apropiado para esos días."
De este aeronauta, refiere también la escritora nacional Amalia Villa de La
Tapia, salvando el error de que los naturaliza como francés, naturalmente por
su sugestivo apellido, revelando interesantes datos para la historiografía
nacional y principalmente local, como la fecha de aquel histórico suceso que
vale la pena apuntar:
"Realizó su primera demostración en la ciudad de Cochabamba su primera
demostración el 27 de abril de aquel año (año 1901), alcanzando gran éxito.
Pasó después a la ciudad de Oruro, donde el 4 de julio remontó por los aires
hasta alcanzar la altura de 800 m., con una permanencia de 15 minutos, al cabo
de los cuales desciende en perfectas condiciones."
Las características del globo aerostático "Juana de Arco", son
importantes para reconstruir los momentos históricos que nos tocó vivir, el
investigador Virgilio Figueroa, detalla algunas características de aquel
aparato engomado.
"…en vez de barquilla, o colgante de ésta, pendía un trapecio en que
aparecía el Aeronauta haciendo toda clase de pruebas acrobáticas. Aquello
producía una impresión profunda en los espectadores. El globo se elevaba unos
doscientos o trescientos metros a veces un poco más, y cuando se le concluía el
humo o el aire caliente, empezaba a descender lentamente y caía a veces en la
calle, otras en alguna casa o en algún arbolado. La gente corría tras el
atrevido piloto y lo auxiliaba cuando caía en algún sitio peligroso. Nosotros
desde el balcón de la niñez presenciábamos el espectáculo…"
UNA INOCENTE INSPIRACIÓN.
Mientras que en la ciudad de Santa Cruz, los bueyes arrastraban pesadas
carretas, y en Cochabamba los hacendados recorrían sus calles en caballos; en
Oruro, se hacían notables progresos tecnológicos que nos constituían en
pioneras a nivel nacional.
El 4 de Julio de 1901, marca el inicio de nuestra historia aérea como ciudad
precursora en la conquista de los cielos nacionales, cuando un colorido globo
aerostático y un valiente "gringo" chilenizado, se elevaron en la
inmensidad de nuestro azul cielo orureño.
Aquel vuelo indudablemente fue presenciado por toda la población local, así
como por las colonias extranjeras residentes en la ciudad; quienes quedaron
admirados por la fantástica presencia del ser humano en el cielo, reservado
hasta entonces a las aves y los seres divinos. ¡Se había conquistado lo
imposible!
Indudablemente este acontecimiento, sirvió para que un niño de 8 años llamado
Juan Mendoza y Nernuldez, quien como otros tantos avistaba boquiabierto la
proeza del "gringo" Eduardo Laiselle , se propusiera desde entonces
seguir los pasos de tan arriesgada profesión… la imaginación y la inocencia
tuvieron su recompensa cuando el año 1921 llegó sobrevolando un avión italiano
a nuestra ciudad; luego de cumplir cursos de aviación en el aeródromo de Villa
Lugano-Argentina, y lograr su brevet internacional. ¡Acto valeroso que le
otorgó el título de Primer aviador nacional!. Pero esa es otra historia.
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