Ínfimas victorias militar logró Bolivia durante la Guerra del
Pacífico. Una de ellas el 6 de diciembre de 1879, en el desfiladero
de Tambillo (Atacama). En un encuentro relámpago el Escuadrón de
Francotiradores -vanguardia de la Quinta División boliviana- derrotó a los
Cazadores del Desierto, expulsándolos de San Pedro de Atacama. Nunca lo
sabremos a ciencia cierta, pero quizás esta victoria pudo haber cambiado el
curso de la guerra. Comandados por el coronel Rufino Carrasco, la avanzada
boliviana entró triunfante hasta Atacama. Inmediatamente fue arriada la bandera
chilena y repuesto el blasón boliviano. Consciente sobre la
fragilidad de su hazaña, Carrasco solicitó refuerzos para mantener su avance e
intentar retomar Caracoles y Calama. Pero los refuerzos jamás llegaron.
“Me es sumamente extraño que el general (Narciso) Campero
y usted, después de haberme encomendado una expedición tan difícil, lanzándome
sólo con 70 hombres hasta ponerme a ocho leguas donde se encuentran fuerzas
enemigas considerables, no hayan remitido fuerzas para apoyarnos. Nosotros,
resueltos a sacrificarnos por la patria, no omitimos medio alguno de hacerlo,
pero de cualquier fracaso que hubiese en lo sucesivo ustedes y sólo ustedes
serán responsables ante el pueblo boliviano”, escribió el coronel, en una
misiva enviada a la Jefatura del Estado Mayor boliviano.