EL COMBATE DE TAMBILLO, 6 DE DICIEMBRE DE 1879

Por: Martha Dora Salazar Burgos - Presidenta, Sociedad Geográfica e Histórica de los Chichas, Tupiza / Este articulo fue publicado originalmente en www.cochabamba-historica.com

El Combate de Tambillo fue uno de los acontecimientos militares que le dio gloria a Bolivia, y fue el único combate ganado por el Ejército Boliviano a raíz de la invasión de Chile a nuestras costas en 1879. El Coronel don Rufino Carrasco, el héroe del Combate de Tambillo, nació en Talina, Provincia Sud Chichas, el 10 de julio1827.  Con el grado de oficial del Ejército, participó en las acciones de Humahuaca, Iruya y Montenegro.  Posteriormente marchó al lado de Velasco durante la organización del movimiento del Sud contra Ballivián; también actuó en Yanacocha y Socabaya.
En el año 1979, un año antes del centenario de la invasión chilena, un equipo de investigación histórica a la cabeza del escritor Fernando Cajías de la Vega, encontró en la Biblioteca y Archivo Nacionales de la ciudad de Sucre dos informes originales de la época sobre el Combate de Tambillo. Uno de los informes fue elaborado por su propio jefe, el Coronel Rufino Carrasco, y fue enviado desde Toconao, que está ubicado en la Provincia Atacama, al Coronel Lino Morales, Jefe Superior Militar de las fuerzas residentes en las Provincias de Lípez, quien a su vez lo transcribió, para enviarlo a sus Jefes Superiores. Esta re transcripción está fechada el 14 de diciembre de 1879. El otro documento también fue enviado por don Rufino Carrasco al Jefe de Estado Mayor de la 5º División desde San Cristóbal, después de retornar de su campaña en Atacama; está fechado el 27 de diciembre de 1879.
Estos dos documentos los publicó don Fernando Cajías de la Vega en el periódico Presencia (LaPaz) el 16 de diciembre de 1979.  Son una prueba indiscutible de la existencia del Combate de Tambillo.  Además de los dos documentos mencionados, el Coronel  Carrasco publicó un tercer documento en La Paz, en abril de 1880, su famoso “Manifiesto”. 
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EL PUEBLO DE SORA SORA Y SU HUELLA EN LA HISTORIA

Por: Marlene Durán Zuleta - Poeta, escritora, compositora e investigadora de la cultura orureña - Para María de las Mercedes del Río. // Este artículo fue publicado el 24 de junio de 2018 en el matutino orureño La Patria.


ANTECEDENTES HISTÓRICOS

De acuerdo a datos históricos, primeramente se fundaron Paria, Sora Sora y posteriormente Oruro. Con el tiempo todos legitiman su creación y sus habitantes prosiguen exaltando la historia, la voluntad de ser guardianes, no detener su desarrollo y sin esfuerzo mantener vivo cada trozo de tierra que eleva la dignidad en sus habitantes. 
Esta noble comunidad dista a 30 kilómetros de Oruro. María de las Mercedes del Río indica: "…Finalmente, los Soras de Paria fueron dilatando su frontera oriental desde las márgenes nor-occidentales del lago Poopó hasta abrazar los ríos Arque, Caine y Rocha que bañaban los valles de Capinota, Sicaya y sus adyacencias."(1)
Margot Beyersdorff señala: "Corona de España", (Archivero cacical, Sora Sora) Sugiere que Aldana hubiera beneficiado de las minas de oro en la serranía de Berenguerilla (Cerro Cantería, Sora Sora) además de haber hecho construir los primeros ingenios en la ribera del río San Juan de Sora Sora, antes de vender el terreno a su sobrino, Hernán Sánchez Collado alrededor de 1556". Los Incas habían habido en Caracollo, Yarvicoya, Paria, y Sora Sora (2).
En "ORURO 1607, El informe de Felipe de Godoy" están los "Ingenios de la rivera de Sora Sora. Quatro leguas de la dicha villa, poco más o menos, está el arroyo que llaman de Sora Sora, que en todo el tiempo del año trae agua suficiente para moler. Y bajando del dicho arroyo estaba edificando un ingenio Nicolás Genovés en compañía de Juan Baptista Boco, trasladado de otro que tenían en Cica Cica y para el tenían madera, tejos, almadanetas y los demás pertrechos nescessarios y para hazer un lavadero de agua" (3).
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EL SEÑOR TOVAR

Aurora Viscarra de Navarre

El año 1895, vivía en Oruro un señor de apellido Tovar, hombre de muchas campanillas por su fortuna; avaro, como rico. Casas lujosas; salones provistos de vitrinas regias, ele-gante comedor engalanado con vajilla en profusión de porcelana Sevres, elegante dormitorio; aunque célibe, todo en perfecto orden y limpieza por haber acostumbrado a sus servidores a que así fuera.
Su avaricia hacía que todos los ignaros a quienes tocaba servirlo, lo temieran como al mismísimo Satanás. Se mane-jaba con el mayor cuidado. Lo más natural era, encontrarse con alguno de éstos cruzando de una pieza a otra, llevando entre sus manos como una patena, una insignificante tacita u otro objeto delicado, sabía que si la rompía, debía pagarla. El señor Tovar, cuidadosamente había catalogado a una taza rota; con un cerdo o una gallina; taza y platillo, con dos; un plato sopero o plano, etc., etc. Una lista larga, clavada sobre su velador, se destacaba a la vista para que no confundieran el orden establecido.
En cierta ocasión, este señor cayó enfermo con algo que se lo llevaba a la tumba: tuvo que recurrir sin más trámites a la atención de un médico. Puso en sus bolsillos un boliviano para pagar la consulta esperanzado de que por ser amigo es-taba obligado a cobrarle menos.
El estado del señor Tovar, dejaba que desear mucho; anemia profunda, primera prescripción médica aquel vino de Peptona conocido hasta nuestros días por sus excelentes cualidades para el caso. El galeno recomendóle tomar después de cada comida. Tovar salió satisfecho del consultorio, había logrado alguna rebaja. Compró el vino, por aquellos tiempos venturosos sólo costaba un boliviano y veinte centavos.
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EL ORUREÑO VICENTE ARRAYA CASTRO, POPULARMENTE CONOCIDO COMO “LA FLECHA ANDINA” FUE UNO DE LOS MEJORES PORTEROS DE LA HISTORIA DEL FUTBOL BOLIVIANO

Por: Marcelo Ramos  / Historiador. / Este artículo fue publicado en el matutino Página Siete el 8 de  abril de 2017. // Fotos 1) Vicent...

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