CRONOLOGIA DEL LEVANTAMIENTO DEL 10 DE FEBRERO DE 1781

Por: Mauricio Cazorla Murillo / Extracto de historiadeoruro.com

INTRODUCCIÓN.

Este levantamiento fue desarrollado el sábado 10 de febrero de 1781, justamente en el conflicto que se tenía en la Villa de Oruro entre los europeos contra criollos y mestizos. De este hecho, no fue conocido en el siglo XIX hasta que el Dr. Adolfo Mier en 1884 rescata para la memoria local este hecho, sin embargo, a mediados del Siglo XIX en Argentina y Perú se publicaron algunos trabajos al respecto.
Es importante destacar que lo publicado por Adolfo Mier, permitió a la intelectualidad realizar trabajos de investigación no solo sobre este tema del 10 de febrero, en este sentido marcos Beltrán Ávila tuvo la oportunidad de realizar una investigación muy importante en los archivos de Sevilla profundizando este tema como también encontrando otros que se mantenían ocultos y que de repente la generación de los primeros años del siglo XIX lo mantenía aun vigente, pero se fue perdiendo pese a la fortaleza de la tradición oral, en este caso del Manifiesto de Agravios de Juan Vélez de Córdova.


CAUSAS:

Para entender el desenvolvimiento de lo que sucedió el 10 de febrero es preciso retrotraernos muchos años atrás puntualizando lo que sucedió con la intención de Juan Veléz de Córdoba en 1739. Al analizar a los protagonistas de la época, de alguna manera podemos conectar a quienes actuaron de manera directa en el año de 1781.
En este caso, el intempestivo proceso contra Juan Velez de Córdova, por lo que se vió al siguiente año en 1740 mostró que se habían conformado dos partidos: por un lado liderado por Melchor de Herrera, un rico minero que había ocupado cargos desde la década de los años veinte, y por otro el partido del corregidor Martin de Espeleta y Villanueva. En aquel año las elecciones se mostraron muy tumultuosas y duraron algunos años mas, hasta que el propio Virrey del Perú tuvo que intervenir nombrando a algunas autoridades en el Cabildo de Oruro inicialmente por el Marques de Villa García que conoció del hecho de Velez de Córdova y de José Antonio Manso de Velasco, Conde de Superunda; esta injerencia del Virreinato muestra la importancia que tuvo el levantamiento del Juan Velez de Córdova y se evitaba por cualquier medio promover cualquier diferencia entre “partidos” en la Villa que pudiera provocar algún sentimiento contrario a la corona o a la estructura político administrativa de las colonias.
Es importante anotar que el año de 1746 el corregidor de la Villa de aquél entonces don Martín de Mier y Terán fallece, de manera que la Audiencia de Charcas, en una clara simpatía con la familia Herrera nombra de manera interina al hijo de don Melchor: Manuel de Herrera, quien en el levantamiento del 10 de febrero sería otro de los protagonistas importantes. Debemos destacar también que en los años sesenta de aquel siglo Juan de Dios Rodriguez y Herrera comienza a ocupar cargos importantes en la Villa como también en el corregimiento de Paria, siendo sobrino de Melchor de Herrera y primo de Manuel de Herrera, que a momento del levantamiento de 1781 se encontraban distanciados por problemas económicos.
Sin embargo la rivalidad del partido criollo y europeo por ocupar los cargos importantes en el Cabildo de Oruro, se consolida en la renovación de autoridades el 1 de enero de 1781; el representante del partido Criollo don Jacinto Rodríguez y Herrera pretendía ocupar el cargo de Corregidor de la Villa, sin embargo, las elecciones son muy difíciles para este partido, pues el representante del Partido Europeo don Ramón de Urrutia es elegido en este cargo.
Otra de las causas son los hechos que se suscitaron en el mes de enero de aquel año, precisamente cuando se debatían los cargos públicos de la Villa:
En el Perú el Personaje de Gabriel Tupac Amaro, caique de Tungasuca asume un protagonismo importante, por que iba concentrando a comunidades indígenas para tomar las principales ciudades, lo que ocasionó el temor de las autoridades españolas incluso Oruro, se comentaba que las comunidades de indígenas se iban organizando para tomar esta villa respondiendo al llamado del autoproclamado Inca Tupac Amaro. En esta oportunidad tomaremos el estudio de Fernando CAjías de la Vega para comprender la cronología de los hechos.
El sábado 13 de enero el corregidor de Paria Bodega salía con sus tropas de Poopó a Challapata arrestando a Santos Mamani, Lope Chungara y Carlos Cañaviri. Estos indígenas se habían opuesto al reparto, tributos, diezmos, mitas y otro tipo de exacciones económicas contra los indígenas, que de manera abusiva las autoridades dirigían contra los este grupo.
El domingo 14 de enero las tropas establecidas en Challapata dieron rondas por todo el pueblo, ya por la noche se escucharon cornetas de convocatoria a todos los indígenas de las comarcas vecinas y otros que se habían dado cita en el sector al enterarse del arresto de los tres líderes.
Al amanecer del día lunes 15 los indígenas tomaron los alrededores, ubicándose las tropas de Bodega en las esquinas de la plaza. El cura Juan Antonio Beltrán fue portavoz de los indígenas que solicitaban la liberación de los presos y que no estaban dispuestos a continuar con el pago del reparto.
Ante la gran cantidad de indígenas se rindieron, buscando el corregidor Bodega refugio en la Iglesia, sin embargo los indígenas provocaron amagues de enfrentamiento, por lo que el Cura Beltrán improvisó una pequeña procesión lo cual motivó a que perdonaran la vida de los soldados en su mayoría mestizos, pero no así del corregidor. Bodega salió de la Iglesia hincado, pidiendo perdón y diciendo que perdonaba todo el reparto, sin embargo lo agarraron mientras asía la mano del Cura Beltrán, lo llevaron al centro de la Plaza y lo degollaron a manos de su mismo esclavo.
Luego de este hecho sangriento se liberan a los líderes indígenas consolidando el liderazgo de Chungara quien reprendió a los indígenas que tomaron parte de la muerte del Corregidor Bodega.
El viernes 19 el pueblo se encontraba sosegado, los soldados salieron en libertado y el cuerpo sin la cabeza de Bodega fue enterrado.
Sin embargo, el jueves 18 enviaron una nota a la Audiencia de Charcas explicando los hechos justificando la muerte del corregidor Bodega, la audiencia los declaró culpables, no pudo enviar tropas de castigo a Challapata porque estaban ocupadas en la expedición de Chayanta contra Tomas Catari.
Sin embargo en las poblaciones corrió el pánico especialmente en Poopó, la noticia también fue conocida en Oruro quienes se lamentaban de este hecho y se sintieron amenazados por la invasión en cualquier momento de los indígenas.
El 15 de enero los soldados sobrevivientes llegaron a Poopó y dijeron que Chungara era humano en su trato porque les había perdonado la vida y había permitido su libertad. Se tuvo la idea que Oruro preparaba una expedición de castigo contra Chungara y los indígenas. Se pidió que Interinamente Juan de Dios Rodríguez se haga cargo del gobierno del corregimiento de Paria, sin embargo Juan de Dios se negó rotundamente, pero al final aceptó pero no fue reconocido por la Audiencia aunque debía recudar los tributos de Navidad y otras tareas hasta que la Audiencia nombrase otro corregidor.
Casi de manera paralela, el 26 de enero muere el corregidor de Carangas Mateo Ibañez de Arco, las primeras noticias que llegaron a Oruro fue que el Corregidor se encontraba sitiado en Corque por los indígenas de Andamarca poco después llegó la noticia de su muerte.
Los indígenas de Paria se levantaron contra el Cura Pablo Arcos, en Challacollo fueron más radicales matando a un español maestro de primeras letras.,siendo de la provincia más pobre. Buscaban dar muerte al cacique de Challacollo Melchor Challapa quien logró espacar y luego fue un efectivo colaborador en las represiones contra los indígenas sublevados.
En Oruro se tenía la idea de que la próxima villa a tomarse era precisamente la de Oruro por los conflictos que se suscitaban en los alrededores, ante estos acontecimientos el Corregidor Ramón de Urrutia llamó a una reunióin del Cabildo de manera urgente para tomar las medidas defensivas de la Villa, quedando entre sus medidas más improtantes el acuartelamiento de milicias de Españoles, Negros, Criollos y Mestizos con la asignación de comandantes de cada una de ellas.
Viernes 9 de febrero.
Respondiendo a las medidas precautorias de las autoridades españolas, el corregidor Ramón de Urrutia ordenó el acuartelamiento de cuatro compañías en el cuartel de la villa, el mismo que se encontraba a lado del Cabildo en la plaza Mayor. Estas compañías estaban conformadas la primera por españoles, la segunda por Criollos, la tercera por mestizos y la cuarta por negros, estos sirvientes de criollos en su mayoría.
Sin embargo, por las diferencias entre criollos, mestizos y españoles cundió la susceptibilidad de enfrentamiento de estas compañías en la cual se desconfiaba de la compañía de Negros pues consideraban afinidad con los europeos.
Este acuartelamiento, como se vió, respondía al temor que se tenía de la villa a la invasión de los indígenas que por rumores se iban concentrando y alistándose para ingresar.
En este sentido, el corregidor para evitar cualquier enfrentamiento ordenó poner bajo llave a las compañías de Criollos y mestizos lo que amplió aun mas la susceptibilidad, el sargento mestizo protestó de manera enérgica este hecho lo que provocó que cundiera el rumor que los europeos junto a los negros iban a pasar a “cuchillo” a los otros dos grupos. Las mujeres, hijas, madres y demás parientes comenzaron a protestar en la casa de Ramón de Urrutia y al frente del cuartel solicitando “abrir las puertas y quitar la llave”, esto fue desoído por de Urrutia y así pasaron la noche.
Sábado 10 de febrero.
Las cuatro compañías fueron liberadas a las seis de la mañana, inmediatamente criollos y mestizos se entrevistaron con Jacinto Rodríguez, a quien consideraban el líder del partido criollo, solicitando que interponga sus buenos oficios ante el Corregidor en caso de ser acuartelados nuevamente no los ponga bajo llave. Aun cundía le temor de la invasión de indígenas a la villa y era necesaria esta medida para defender la villa.
Sin embargo, no se sabe si efectivamente don Jacinto se entrevistó con el corregidor de Urrutia, ensillo su mula y se fue a su mina en el cerro de Todos Santos perdiéndose todo el día de la Villa.
Por la tarde se convocó nuevamente al acuartelamiento de las compañías de milicias bajo la orden del Corregidor de Urrutia, pero nadie respondió, se juntaron en grupos en la plaza Mayor y de Urrutia imploró y hasta lloró porque todos pasen al cuartel, aun había el temor y desconfianza de criollos y mestizos por su propia vida.
Casi de manera paralela se escucharon ruidos de cornetas o pututus en la colina de Conchupata en medio de griteríos. De Urrutia ordenó se levanten barricadas, especialmente aquella en la calle de las Cajas Reales para defender este edificio pues guardaba todos los caudales. La desconfianza fue mayor al ordenar en la vanguardia a los europeos y en retaguardia a la compañía de negros poniendo a los criollos y mestizos al medio, pensando que estarían bajo dos fuegos.
Empero, los europeos en lugar de acudir a las barricadas, se refugiaron en las Iglesias y casas particulares, destacando la casa de Diego Flores, alquilada al español Endeiza (Esta se levantaba sobre la actual fuente del Fundador Castro de Padilla en la plaza del mismo nombre). Se armó una especie de “Fuerte”, en la cual los caudales y elementos de valor fueron llevados a esta casa, incluyendo mujeres, niños y personas mayores.
En ese instante en Conchupata, el español Santelices irresponsablemente encendió la violencia disparando y tirando piedras a la colina, aquellos que habían dado gritos y tocado las trompetas, no eran los indígenas como se creía sino mas bien las mujeres que día antes habían rogado que no encierren bajo llave a sus esposos, hermanos o hijos. Esta acción de Santelices provocó la reacción de los criollos contra los europeos iniciándose una matanza contra estos últimos en sus casas y un combate muy enardecido en la casa de Diego Flores. Las casas fueron saqueadas matando a sus moradores.
Para aplacar los ánimos se ordenó la Salida del Santísimo Sacramento de la Iglesia Matriz, lo cual no tuvo el efecto esperado.
Domingo 11 de febrero.
El vicario de la Villa Gabriel Menéndez fue en busca de Jacinto Rodríguez para solicitar que hable con los criollos y mestizos y se pare la violencia, ya muchos europeos y negros habían sido muertos. Noche anterior el irresponsable Santelices había huido de la villa, Ramón de Urrutia hizo lo propio hacia la Villa de Cochabamba. Ante la ausencia de Corregidor, Jacinto Rodríguez fue proclamado Corregidor de la Villa, en este acontecimiento se festejó con repique de campanas y cornetas en toda la Villa. Se nombro capitanes de milicias a Manuel de Herrera, Clemente Penacho y José Antonio Ramallo. Sin embargo las matanzas continuaban, esta vez en las iglesias, como el caso de la Iglesia de nuestra Señora de la Merced donde fue encontrado y asesinado el español Pedro Lagrava.
Ese domingo se dio lo que todo el mundo temía la entrada de los indígenas, quienes buscaron por todas las casas e iglesias a los europeos además de saquear nuevamente sus bienes. Esta primera entrada estaba a cargo de los indígenas de la Doctrina de Paria y de comarcas Aledañas como Sillota, hacienda que era antigua propiedad de los Jesuitas y en ese tiempo era propiedad de Juan de Dios Rodríguez.
Esta entrada fue tomada años posteriores en el juicio por el levantamiento a una alianza de criollos mestizos con los indígenas que venían motivados por lo que sucedió en el Peru con Gabriel Tupac Amaro. Había la instrucción de respetar a criollos y mestizos y por ello se asumió de parte de los europeos una “Alianza”. Aunque estos grupos también tenían intereses en común.
Sin embargo, se dio una ruptura de alianza con los criollos por mantener aun una élite criolla en la villa de Oruro. Las persecuciones contra los europeos continúo de manera “sañuda” con el saqueo de casas e Iglesias, pero incluyendo también los negocios y casas de Criollos.
Para evitar que se riegue la sangre, se tomó la determinación de que todos los habitantes criollos y mestizos se vistieran de indios, todos asumieron la iniciativa, la dama Criolla esposa de Juan Montesinos: María Quiróz fue la primera en tomar esta iniciativa. LA medida fue generalizada por todos los habitantes a excepción de los religiosos quienes se mantuvieron en sus hábitos. Caminaban por las calles y proferían gritos de “Viva Tupamaro…!”.
Se tomó una medida administrativa que generó descontento entre los miembros del partido criollo, la cesión y traspaso de fincas a beneficio de las comunidades.
Lunes 12 de febrero.
Esta jornada pasó con relativa calma, aunque continuaron los saqueos.
Martes 13 de febrero.
Con mayor énfasis se dio la confrontación de criollos e indios. El edificio de las Cajas Reales era amenazado de saqueo, en este lugar se guardaron los caudales de la Villa. Estaba comisionado para su seguridad el Sargento Sebastián Pagador, en esa acción hirió a un indígena en la puerta del edificio, lo que provocó la ira de los comunarios, quienes llevaron a Sebastián Pagador en presencia de Jacinto Rodríguez. La versión es un poco confusa, unos dicen que en el trayecto fue tomado y muerto; otra versión apunta a que parece que se llevó donde Jacinto Rodríguez y no se tiene la certeza si ordenó un castigo ejemplar. Lo cierto es que Sebastián Pagador fue muerto por los propios indígenas.
Miércoles 14 de febrero
Ese día se hizo presente el hermano de Jacinto, Don Juan de Dios Rodríguez y los principales de Challpata. Se presumía que esta entrada obedecía a la buena relación que mantenía este criollo con los indígenas, sin embargo los testimonios del proceso demuestran que en los días del tumulto del 10 de febrero, don Juan de Dios se encontraba en su Ingenio de Poopó y fue convocado precisamente para apaciguar a los indígenas aprovechando la buena relación que mantenía.
Las autoridades decidieron distribuir el dinero custodiado en las Cajas Reales para la salida de los indígenas, para ello se convocó a todos ellos a la “cancha” del Cacique Campoverde que no había sido participe de ninguna acción en los días anteriores.
Las tiendas de europeos fueron agotadas, por lo que el saqueo continuó a los de criollos y mestizos, fue necesario el uso de la fuerza para expulsar a los indígenas de la villa con la ayuda del cacique de Challapata Lope Chungara, dando vítores al Rey y al Cacique Chungara. Esta expulsión violenta se consideró una traición de parte de Jacinto Rodríguez, los indígenas prometieron vengarse.
Sábado 17 de febrero.
Como corregidor Jacinto Rodríguez ordenó recoger todos los bienes robados y fue necesario de una procesión de “Sangre” de todas las imágenes principales de las Iglesias como el Señor de Burgos, aun existente en la Iglesia de la Catedral; Nuestra Señora de la Merced, de la actual Iglesia de San Francisco; Nuestra Señora del Rosario de la Iglesia de San Agustín (desaparecida); San Felipe (también desaparecido), Nuestra Señora de la Asunta (en la actual Catedral) y otras imágenes más.

CONSECUENCIAS EN LOS ALREDEDORES DE LA VILLA.

La violencia cundió en otras comarcas, pero también entre los indígenas se presentaron hechos de violencia como la muerte de Gerónimo Lizarazu y Andrés Calle de la Hacienda Atita, muertes no aclaradas, pero que se presume fue como consecuencia de la salida violenta de la villa.
Había una clara confrontación entre los indígenas contra mestizos y criollos en las comunidades vecinas. Manuel Campoverde y Lope Chungara fueron muertos por considerarlos aliados de los criollos, además de europeos y criollos en las demás comunidades.

INVASIONES INDÍGENAS.

Los primeros días de marzo la villa continuaba su cotidianidad con relativa calma, sin embargo, el ingenio de Juan de Dios Rodríguez de Poopó fue incendiado.
El 8 de marzo, casi un mes después del levantamiento, se dio un acontecimiento muy peculiar, el convite por el cumpleaños de Juan de Dios Rodríguez, a este evento, fueron invitados criollos y religiosos, estos últimos eran de ambos partidos: europeo y criollo. Como de costumbre luego de beber bastante aguardiente se generaron las conversaciones políticas como los acontecimientos pasados, acusándose mutuamente de las rivalidades criollo europeas.
Al día siguiente, el 9 de marzo, los indígenas invadieron la villa procedente de las comunidades de Paria, Caracollo, Challacollo y Toledo, movilizados particularmente por Santos Mamani.
Se organizaron las milicias de criollos, lo que provocó el enfrentamiento en las afueras o extramuros de la Villa.
El 18 de marzo, completaron la invasión indígenas provenientes de Taraco, del repartimiento de Challacollo convocados por Mateo Guanca, iniciando el primer cerco a la Villa, impidiendo el ingreso de provisiones. Paralelamente en La Paz se iniciaba el cerco liderado por Tupac Catari. El 2 de abril los comunarios de Sora completaron la invasión de comunidades indígenas a la villa.
Se realizó una contraofensiva y capitulación de los indígenas con la ayuda de tropas traídas de Cochabamba, esta villa acudió al auxilio porque las mercaderías no podían ser comercializadas en la Villa de Oruro lo que provocó una aguda crisis económica. Ignacio Flores Criollo fue el que lideró estas acciones, se hizo muy amigo de Jacinto Rodríguez.
Tiempo después se iniciaron procesos contra los caciques indígenas a quienes se los procesó y posteriormente se los ajustició.

CONSECUENCIAS POSTERIORES.

El antiguo Corregidor Ramón de Urrutia volvía a la Villa de Oruro, luego de haber logrado restituirse en el cargo y promover los procesos a todos los principales del levantamiento del 10 de febrero, los criollos se replegaron y los procesos se iniciaron en los carnavales de 1783. Se detuvo a todos los criollos y mestizos y en dos partes se los envío a Buenos Aires para ser procesados en la misma capital del Virreinato del Río de La Plata. Jacinto Rodríguez, Juan de Dios Rodríguez, Manuel de Herrera, Juan Montesinos, Clemente Penacho, María Quiroz (que murió de cáncer de seno), fallecieron en cautiverio, solo Montesinos, Mejía y el Vicario de la Villa sobrevivieron hasta muy entrados los años del siglo XIX. Sepultando por muchos años del conocimiento de la villa este acontecimiento.
Para evitar persecuciones, muchos habitantes de la villa abandonaron dejando sus casas, negocios y demás, generando un despoblamiento de la villa. Los Bienes confiscados a los procesos fueron devueltos años posteriores, pero en una gran mayoría en ruinas y casi nada de los muebles de valor sustraídos.
A principios del siglo XIX el abandono de casas y edifios era latente, aun así se envió una placa a la capital del Virreinato para conmemorar la victoria de las tropas porteñas contra las inglesas, posiblemente para borrar la mala imagen de los orureños frente a los procesados en aquella capital.
Conclusiones:
Hubo una conexión de protagonistas de manera indirecta de lo sucedido en 1739, por ejemplo Melchor de Herrera estaba a cargo de una tropa de soldados mandados por el Corregidor Espeleta que debía capturar al cacique Eugenio Pachacnina. Melchor era padre de Manuel de Herrera que aquel año ostentaba los 25 años y que fue protagonista en el levantamiento de 1781. Es posible que haya sido testigo directo de los acontecimientos.
El caso de Juan del Castillo quien avisó al Corregidor Espeleta sobre la delación que se preparaba en su contra, precisamente en su domicilio el maestro Bernardo Ojeda delató ante el corregidor sobre las acciones de Velez de Córdoba, Juan del Castillo había asumido algunos cargos de importancia y presumiblemente del partido de Herrera. El hijo se llamaba igualmente Juan del Castillo que había sido nombrado contador desde el 30 de noviembre de 1756. Al mismo tiempo fue padre de José Mariano del Castillo que era Alcalde de Primer Voto que suscribió el acta del levantamiento del 6 de octubre de 1810, por lo que existía una relación de hechos de primera mano desde 1739 mantenida en un núcleo familiar y cuyos acontecimientos es posible se los haya discutido de generación a generación.
Habiendo desarrollado de manera cronológica los hechos del levantamiento del 10 de febrero de 1781, podemos establecer que no fue un hecho aislado. Fue consecuencia precisamente de lo que sucedía en los alrededores de la villa desde el mes de enero de aquél año además de lo sucedido en 1739. La alianza del criollo Velez con el cacique Pachacnina pudo traer a la memoria a los protagonista de 1781.
Las medidas que se tomaron para la defensa de la Villa ante los tumultos de los alrededores provocaron lo sucedido el 10 de febrero de 1781, pero que tuvo connotaciones políticas manejadas posteriormente de manera discrecional por el corregidor de Urrutia al reponer su cargo y enviar a un proceso a todos los involucrados.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA.

- Noticia y Proceso de la Villa de San Felipe de Austria la Real de Oruro Tomo I y Tomo II. Adolfo Mier.
- Capítulos de Historia Colonial de Oruro 1925. Marcos Beltrán Avila.
- Amanecer Sangriento. Alfonso Gamarra Durana.
- Revolución de clases en la Revolución del 10 de febrero. Antonio Revollo.
- Sublevación de Indios y Rebelión Criolla Tomo I y Tomo II. Fernando Cajías.
- Power and Violence in the Colonial City. Oscar Cornblit.
- La Rebelión Criolla en la Villa de Oruro Principales Causas y Consecuencias. José Oscar Frigeiro.
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