PLAZA 10 DE
FEBRERO: DE CAMPO DE ENTRENAMIENTO A UN VERGEL NATURAL
Por: Ramiro
Terrazas – Periodista / Este articulo apareció publicado en el periódico La Patria
el 3 de noviembre de 2013
La plaza 10
de Febrero que ahora cuenta con una imagen muy distinta que no refleja en nada
lo que fue en años de la Colonia y la época republicana pasó de ser un lugar
árido desolado que servía de entrenamiento de soldados, a un vergel natural y
verdusco, gracias al esmero de los orureños de esa época.
La Plaza Mayor denominada así en la época colonial
fue testigo de la fundación de la Villa de San Felipe de Austria el 1 de
Noviembre de 1606, de izamientos de cuerpos ejecutados, vivió la revolución de
1920 y muchas otras escenas que marcaron historia en la ciudad y el país.
Pero por qué no nos retrotraemos en el tiempo y
vemos la realidad en la que vivía la ciudad de Oruro, más propiamente la plaza
Mayor ahora 10 de Febrero con calzadas en su entorno destinadas al paseo de los
ciudadanos; su amplia área central servía de campo de entrenamiento de
conscriptos, líderes políticos y electorales, sin rastros de yerba.
Pero en 1902, el municipio de Oruro emprendió un experimento
con la plantación de arbolitos en su plaza principal, que para muchos era
motivo de burlas por el clima frígido y el terreno totalmente árido en el que
se encontraba la ciudad, pero a la cabeza del presidente del Concejo edil,
Enrique Collazos, se aprobó la plantación experimental de arbolitos.
En esa época, el señor Quezada Alonso, en tono de
burla dijo, que para que Oruro tenga árboles tendrían que pintar de verde
hojalatas para que dieran una imagen vegetal a la plaza principal, de todas maneras
se asumió la singular iniciativa de experimentar la aclimatación de arbolitos
en la yerma plaza principal, dejando de lado los prejuicios climatológicos de
la época, a los primeros ocho arbolitos no les faltó riego y cuidado en
invierno, también se les cubría de arpilleras.
En 1905 se hizo traer desde la ciudad de
Cochabamba 40 arbolitos, la plaza 10 de Febrero pasó de ser un centro de
reclutamiento de conscriptos, a la de un parque por la transformación, con un
elegante kiosco, con jardines bien cuidados, sus verdes árboles en pleno
crecimiento, su hermosa fuente de agua rodeada con adornos de bronces y sus
focos de luz que vislumbra a ser un hermoso vergel, rodeado en ese entonces en
sus cuatro lados con el palacio de gobierno la iglesia matriz, las calles de
vecinos notables, casas comerciales y algún hotel.
El tiempo pudo demostrar que la adaptación de
algunas especies vegetales pueden tener una vida útil en la ciudad, y el
experimento se volvió científico y por eso es que en 1918 ya no se hizo más
pedidos de arbolitos de Cochabamba o Sucre, esta vez se fue más allá se trajo
árboles de un criadero de Santiago de Chile, los que fueron aclimatados y
cuidados por expertos en el tema.
La plaza 10 de Febrero aún sigue siendo testigo de
marchas, huelgas, vigilias y hasta enfrentamientos entre policía y sectores
sociales, vio nacer al mejor carnaval del mundo desde los años 40 y seguirá
siendo testigo de muchas más manifestaciones de los orureños y orureñas.
Así el mito de que en la ciudad nunca crecería un
árbol quedó atrás, ahora es obligación de la ciudadanía poder mantener este
hermoso lugar que para los que viven en esta ciudad es de vital importancia.
Desde hace un tiempo se realiza la plantación de
varias especies y también se crean adornos con los mismos vegetales, hoy en día
se puede observar que el cuidado de la plaza 10 de Febrero por parte del
municipio es una labor de todos los días, en ella se pueden observar el escudo
de Oruro, el quirquincho que representa a los orureños y este cuidado le dan
una imagen más elegante diferente a lo que un día fue un simple campo de
entrenamiento árido y desolado, rodeado de casuchas de mal gusto.
Referencias:
Ángel Torres Sejas. "Oruro en su
historia", Editorial "Juventud", La Paz 1994
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