Este artículo
fue extraído de www.bolivia.com
Una pareja de Morenos
Reflejar cuanto sucede en la entrada del Carnaval de
Oruro es imposible. No sólo por el factor tiempo —la fiesta comenzó ayer a las
7.00 y se prolongó hasta la madrugada de hoy—, sino por la cantidad de pequeñas
historias que se protagonizan a ambos lados de la valla que desde este año
separa a bailarines de público. Esta relación gráfica es apenas una muestra de
la jornada.
Una de las historias tiene que ver, por ejemplo, con las bandas: la presencia femenina es cada vez más notoria y no sólo tras los platillos, sino con instrumentos complejos como la trompeta. La visión comercial no falta, pues en medio de los músicos hay quien baila y carga casetes y discos compacto que la gente adquiere para sentir que se lleva a casa un pedazo de carnaval.
Una de las historias tiene que ver, por ejemplo, con las bandas: la presencia femenina es cada vez más notoria y no sólo tras los platillos, sino con instrumentos complejos como la trompeta. La visión comercial no falta, pues en medio de los músicos hay quien baila y carga casetes y discos compacto que la gente adquiere para sentir que se lleva a casa un pedazo de carnaval.
La Razón, 22 de Febrero de 2004 (Fotos La Razón)
Tobas
Imponente Diablo orureño
Negritos
Danzas autóctonas
Bailarines de la Tradicional Diablada de Oruro
Las caporalas alegran al público con sus coreografías sensuales
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