Este artículo fue extractado de: www.oocities.org
A pesar de la existencia de datos oficiales e históricos que confirman que Bolivia nació con una larga franja costera, que corre a lo largo del desierto de Atacama, desde el río Salado hasta el río Loa, algunos desinformados, o mal informados, suelen seguir repitiendo, incansablemente, que este país nunca tuvo costas.
Después de
que Chile, sin respaldo jurídico o histórico, dictó la ley del 31 de octubre de
1842, fijara su frontera por el norte en el paralelo 23 (a la altura de la
bahía de Mejillones), el litoral boliviano quedó reducido a la extensión que va
desde el paralelo 23 hasta el paralelo 21º 27' en el río Loa. Chile reconoció
esta franja de litoral como propiedad legítima de Bolivia. Como resultado de la
Guerra del Pacífico, Chile "reivindicó" el territorio hasta el
paralelo 23. El resto, desde la Bahía de Mejillones hasta el río Loa, lo
mantuvo "en custodia" hasta 1904, fecha en que por medio de un
tratado Bolivia cedía su litoral a Chile a cambio de algunos requisitos que ellos
afirman que Chile no ha cumplido. Por eso quieren que ese tratado se revise.
El escritor
chileno Oscar Pinochet de la Barra, nos da más luz sobre esto:
"Afirma [el historiador] Bulnes que
[el Presidente] Santa María estaba preocupado por hacer chileno el
litoral boliviano, que nos separaba de la recién conquistada provincia peruana
de Tarapacá".
"Conviene recordar algo que los
chilenos olvidan, y que es importante: los 300 kilómetros de costa y territorio
interior bolivianos tenían un doble origen. Desde la desembocadura del Loa (21º
27º) hasta Mejillones (23º), un título aceptado tácitamente por Chile; entre
los paralelos 23º y 24º, un título que nacía delos tratados chileno-bolivianos
de 1866 y 1874, Chile recuperó, durante la Guerra del Pacífico, este segundo
territorio. El primero lo administró por veinte años, de 1884 a 1904, con el
deseo de cambiárselo a Bolivia por Tacna y Arica. Comenta Gonzalo Bulnes: 'Lo
que tenía en vista era obtener con Tacna y Arica la cesión definitiva del
litoral...". (1)
Esa es la razón del siguiente
artículo del Pacto de Tregua del 4 de abril de 1884, que especifica:
"II. La República de Chile,
durante la vigencia de esta tregua, continuará gobernando con sujeción al
régimen político y administrativo que establece la ley chilena, los territorios
comprendidos desde el paralelo 23 hasta la desembocadura del río Loa en el
Pacífico".
Don Bernardo
O'Higgins afirmó también reconoció que, en el mejor de los casos, Chile
empezaba por el norte desde la Bahía de Mejillones hacia el sur. En una
carta escrita durante su exilio desde Lima el 20 de agosto de 1831, dirigida al
capitán Coghlan de la Marina Real Inglesa, él dijo:
"Chile viejo y nuevo se extiende en
el Pacífico desde la bahía de Mejillones hasta Nueva Shetland del Sur en
latitud 65ª sur".
Con esta
declaración, el Padre de la Patria admitía tácitamente que desde ese punto hacia
el norte el litoral pertenecía a otro país. ¿A cuál? Dejemos que otro
prominente personaje chileno nos dé la respuesta:
"La República no tiene otros límites
marítimos al oriente que sus costas patagónicas, desde la embocadura del río
Negro hasta el Estrecho de Magallanes, y al occidente, el mar Pacífico, desde
el Cabo de Hornos hasta el paralelo de Mejillones".
"Chile occidental [...] se encuentra
comprendido entre el paralelo de Mejillones, en la frontera de Bolivia..."
"En el cabo Froward es donde comienza
el continente occidental de Chile para terminar en Mejillones, sobre la
frontera de Bolivia". (2)
En un
estudio sobre la geografía náutica de Bolivia, el capitán de fragata, Sr. Ramón
Vidal Gormáz, entrega los siguientes datos:
"La república boliviana, llamada
anteriormente Alto Perú, se halla limitada [...] al S. por Chile y al O. por el
Océano Pacífico".
"El desierto de Atacama.--La
extensión litoral que se prolonga desde Copiapó, en Chile, hasta el paralelo
20º en el litoral del Perú, por cuatrocientos veinte millas o más [...]. Esta
desolada comarca, que mide más de cincuenta mil millas cuadradas, constituye lo
que se llama propiamente el desierto de Atacama".
"Límite litoral
chileno-boliviano.-- Este límite es el paralelo de 24º S. corriendo desde el
mar hasta la parte más culminante de los Andes. Cerca de la playa se ha erigido
una pirámide blanca visible desde el mar y se halla, según las operaciones del
señor A. Pissis, por 23º 58' 11" de latitud. Por frente a ella
se encuentra un farallón llamado la isla del nido y sirve como aquella para
señalar en la marina el paralelo de 24º, con muy corta distancia". (3)
Un célebre
plenipotenciario chileno ante el Gobierno boliviano, envió una nota a la
Cancillería de Bolivia el 13 de agosto de 1900 declarando, en parte :
"Es un error muy esparcido y que se
repite diariamente en la prensa y en la calle, el opinar que Bolivia tiene
derecho a exigir un puerto en compensación de su litoral. No hay tal cosa.
Chile ha ocupado el litoral y se ha apoderado de él [...].Terminada la guerra,
la nación vencedora impone sus condiciones que exigen el pago de los gastos
ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el
litoral".
En este
párrafo, el Sr. König, en nombre del Gobierno de Chile, reconoce que Bolivia
tenía un litoral propio, y que Chile se hizo pago de ese litoral como
"pago de los gastos ocasionados".
Además, en
una nota que el Ministro de RR. EE. de Chile, Sr. Rafael Errázuriz Urmeneta,
envió a sus legaciones en el exterior el 30 de septiembre de 1900 con el
propósito de explicar los alcances de las expresiones emitidas por su
plenipotenciario en La Paz, se confirma, nuevamente, que a Bolivia aún le
quedaba una corta franja de litoral propio:
"Al término de aquella guerra a
que fuimos provocados y que tan incalculables sacrificios impuso a nuestro
país, el Perú transfirió a Chile, a título de indemnización bélica, su
departamento de Tarapacá. Quedó entonces, entre el antiguo límite del norte de
Chile y el límite sur del departamento incorporado, es decir, entre el paralelo
23 y la desembocadura del río Loa, una angosta y poco valiosa zona del litoral
boliviano, que se interponía como solución de continuidad en el territorio de
la república. Faltaba, además, arreglar la indemnización que Bolivia debía por
los perjuicios causados en la guerra, en que ella envolvió a tres naciones.
Cualquiera de estos dos títulos bastaba para justificar la adquisición por
Chile de aquella estrecha faja de suelo que, como queda dicho, no tenía más
valor material que el que le diera el trabajo y el capital chileno. Ambos
puntos y sobre todo la necesidad fundamental, ineludible, de no dejar
interrumpida la continuidad del territorio nacional, imponía a Chile, por la
razón de existencia, la posesión del escaso litoral boliviano. La adquisición
de Tarapacá, sin la faja de suelo que se interpone entre él y nuestro límite
norte, habría sido no sólo irrisoria y peligrosa, sino naturalmente
absurda". (4)
Pasando
caritativamente por alto la observación del canciller Errázuriz Urmeneta, de
que la zona del litoral boliviano era "angosta y poco valiosa", lo
cual, evidentemente, se contradice con la declaración de su Ministro
König, quien dijo que "el litoral es rico y vale muchos millones; eso ya
lo sabíamos. Lo guardamos porque vale", lo que importa es que el Gobierno
de Chile, por medio de su canciller, reconocía que Bolivia tenía litoral propio
en el Pacífico, "entre el paralelo 23 y la desembocadura del río
Loa".
Es fácil
demostrar que Bolivia nació con litoral propio en las costas del Pacífico. Ni
siquiera hay que remitirse a los viejos archivos de Indias, ni sumergirse en
las leyes virreinales españolas que se hicieron para establecer los límites de
las respectivas audiencias creadas por la Corona. Basta acudir a las fuentes
chilenas para dejar el asunto definitivamente zanjado. Yo sólo he mencionado
algunos ejemplos, pero la lista puede expandirse considerablemente.
NOTAS.
1. Oscar Pinochet de la Barra, ¿Puerto
Para Bolivia? Centenaria Negociación (Editorial Salesiana: Santiago de
Chile, 1987)
2. Vicente Pérez Rosales, Ensayo
Sobre Chile, (Imprenta del Ferrocarril: Santiago de Chile, 1859)
3. Ramón Vidal Gormáz, Geografía
Náutica de Bolivia, (publicado originalmente en el Diario Oficial de
Chile, el 24 de febrero de 1879, Santiago, Chile)
4. Abraham König Velásquez, Memorias
Íntimas, Políticas y Diplomáticas de don Abraham König, Ministro de Chile en
Bolivia,Imprenta Cervantes: Santiago de Chile, 1927)
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