Este artículo apareció publicado en el periódico La Patria
de Oruro el 4 de abril de 2010.
El ex presidente de Bolivia, Aniceto Arce Ruiz, durante la
gestión 1888-1892, efectuó el proceso de cambio más importante para el país, en
el momento de mayor crisis económica y política, a pocos años de la Guerra del
Pacífico de 1879. Concretó el ferrocarril desde Antofagasta hasta Oruro y, como
consecuencia, promovió la industrialización de las minas y las transformaciones
urbanísticas.
Para esa época solo se conocían empresas pequeñas que tenían
carretas tiradas por caballos y que hacían el traslado de minerales hacia los
puertos del Pacífico o traían herramientas. Aquellos carretones demoraban
demasiado tiempo en llegar a puerto. Al ritmo que iba, estos hacían descansos
obligados en plena altipampa, cada dos kilómetros, más aún cuando no había
caminos estables sino huellas.
Aquella realidad, fue advertida por Aniceto Arce, cuando
estuvo en Chile, exiliado en Copiapó, y tenía un sueño de construir un sistema
ferroviario en Bolivia, para el transporte de toneladas de minerales y para el
traslado de herramientas, insumos y alimentos, no sólo para su mina de
Huanchaca, sino también para hacer transformaciones en la ciudad de Oruro y el
país. El ferrocarril estaba en su auge en el mundo.
Las nuevas líneas ferroviarias se convierten en la columna
vertebral de la economía nacional. Bolivia vuelve a insertarse en el comercio
mundial. Surgen empresarios como Gregorio Pacheco, Aniceto Arce y Félix Avelino
Aramayo, que dominan la vida económica y política del país; los dos primeros
llegan a la Presidencia de la República.
Aniceto Arce se convirtió en el primer millonario del país,
desde 1856, cuando inició la explotación de las minas de plata de la zona de
Huanchaca, Potosí, desde donde debía trasladar en los carretones el producto
extraído.
Después de la Guerra del Pacífico, convencido del adverso
resultado para el país, encabezó el partido pacifista, siendo desterrado de
Bolivia (1880) e instalándose en París, Francia. Después de 1883 volvió a
Bolivia y se incorporó a la actividad política al frente del Partido Constitucional,
que se transformó luego en Partido Conservador al fusionarse con el Partido
Democrático.
En 1885 fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores en
Chile y, en 1886, canciller en España y Francia.
Al regresar a Bolivia fue elegido presidente para el periodo
1888-1892. Durante su estadía en el gobierno, fue combatido fervientemente por
los liberales por haber concretado el ferrocarril Antofagasta-Oruro, pasando
por Huanchaca, porque se dijo, "se estaba abriendo una vía para que los
chilenos puedan invadir fácilmente a Bolivia, en cualquier momento" y
porque "estaba velando sus intereses económicos, para la exportación de
plata de sus minas".
LA POLEMICA POR EL FERROCARRIL
El ferrocarril fue uno de los aportes tecnológicos más
importantes del siglo XIX y marcó un salto revolucionario del transporte y las
comunicaciones, de aquella época, hasta el desarrollo logrado por el automóvil
en las primeras décadas del siglo XX y sobre todo por la construcción masiva de
carreteras asfaltadas. Hoy, existen aviones.
La construcción de la vía férrea provocó una intensa
polémica entre los partidos políticos. Incluso hoy, persisten algunos resabios.
El pasado martes 23 de marzo de 2010, a las 10:30 horas, un grupo de jóvenes
trató de derribar el monumento al ex presidente Aniceto Arce, que está ubicado
en el lado Este de la Plaza 10 de Febrero, considerándolo
"entreguista" a Chile y por haber supuestamente "sellado el
enclaustramiento marítimo de Bolivia", al aceptar la construcción del
ferrocarril en Bolivia hace más de cien años.
Otra gente, de mayor edad y con conocimiento de causa,
defendió al ex presidente Arce. "El hizo traer el primer ferrocarril a
Oruro. Por qué quieren destruir la historia de Bolivia", dijo una señora
que tuvo la osadía de enfrentar a los jóvenes.
CHILE PODÍA INVADIR BOLIVIA POR EL TREN
Después del 15 de mayo de 1892, fecha de la inauguración del
servicio ferroviario, cuando llegó a Oruro por primera vez, la oposición y
algunos periódicos "daban por hecha la invasión chilena por la vía del
tren", por los "intereses de los industriales mineros". Sin
embargo, el tren representaba un notable abaratamiento de los fletes de
transporte y un incremento notable de los volúmenes transportados.
La Compañía Salitrera de Antofagasta, Chile, construyó el
ferrocarril desde Antofagasta hasta Pampa Alta, lugar muy próximo a la nueva
frontera con Bolivia. Las riquezas de la región habían justificado ese esfuerzo
y desde 1878 se estudió su prolongación hasta La Paz. La Compañía Huanchaca de
Bolivia se adjudicó la construcción del tramo desde Ascotán (territorio
boliviano ocupado) hasta Huanchaca, con una inversión que a Arce le provocó el
debilitamiento de su economía.
El tramo pasaba por Uyuni y Pulacayo, otro importante centro
minero, y fue terminado en 1890. La fundación de Uyuni, el mismo año, se debe
exclusivamente al paso del ferrocarril, pensando en convertir la población en
un nudo distribuidor hacia Chile, Potosí y el sur. Pero Arce demostró estar más
lejos del interés individual y mezquino de su empresa y no desmayó hasta la
conclusión del tramo de Uyuni a Oruro.
El 15 de mayo de 1892 el propio Arce remachó con un clavo de
oro el riel que ya estaba colocada en la misma Plaza de Armas de la ciudad y
esperó la llegada del ferrocarril a Oruro. Una de las tres locomotoras que
llegaron ese día se llamaba "Arce". Las fotografías de la época
confirman la gran cantidad de gente que había en la Plaza 10 de Febrero, en la
que hoy se llama calle Presidente Montes, entre Bolívar y Adolfo Mier, donde se
erigió un arco estético para que el ferrocarril pase por ese sector, ante la
algarabía de la ciudadanía.
Aquel día hubo fiesta en Oruro. Miles de personas se
reunieron en la Plaza 10 de Febrero, para recibir aquella tecnología moderna
que tenía capacidad de transportar centenares de pasajeros y decenas de
toneladas de carga, en un solo viaje. Era el vehículo más moderno de la época,
después del barco a vapor.
"Ahora si quieren, pueden matarme", dijo Aniceto
Arce, emocionado. Tres meses después, terminó su mandato. El Presidente tenía
la idea de prolongar la línea a La Paz, Sucre, Cochabamba y Potosí, pero ante
la resistencia de la oposición, era imposible lograr ese sueño. Los rieles no
avanzaron un metro hasta 1900, cuando comenzó a construirse el ferrocarril La
Paz-Guaqui.
OTRO CAMINO PARA LA INVASIÓN CHILENA
Cuando el patricio orureño, Josermo Murillo Vacareza,
planteó la construcción del camino Oruro-Pisiga-Iquique, desde la década del
50, el siglo XX, surgió el mismo argumento del ferrocarril Antofagasta-Oruro,
para que no se haga ese proyecto. "¿Para qué quieren un camino, para que
los chilenos nos invadan a Bolivia?", decían los detractores.
El argumento sirvió para no realizar el proyecto. Desde el
gobierno, con respaldo de las instituciones de La Paz, se ha preferido el
asfaltado del camino Patacamaya-Tambo Quemado, en la década de 1990, para
inviabilizar el proyecto de Oruro-Pisiga-Iquique. A pesar de esa oposición, las
movilizaciones del pueblo de Oruro han pesado más, para concretar, tramo por
tramo, ese anhelo de los orureños. Hoy, no se ha terminado de construir aún ese
camino. Falta el tramo Huachacalla-Pisiga y Toledo-Ancaravi.
El ferrocarril, en 1892, era de vital importancia para
Bolivia, pero especialmente para Oruro. El ciudadano notable de Oruro, Angel
Mendoza Justiniano, de trayectoria política intachable y de izquierda, tuvo que
escoger el nombre de Aniceto Arce, para su colegio, hasta entregar su vida a
varias generaciones de hijos de mineros y obreros, mediante la educación.
"No se puede seguir juzgando la significación de la
obra de Arce en este tema con las limitaciones inmediatistas de la coyuntura
que le tocó vivir, sino en la dimensión visionaria que tuvo al construir la vía
férrea contra viento y marea. Era un paso imprescindible hacia la modernización
cuyo beneficio para la economía, el intercambio comercial y la vinculación
internacional de Bolivia, fue decisivo hasta bien entrada la segunda mitad del
siglo XX. Ahora se puede decir que buena parte de la oposición a esta obra tuvo
que ver con la mezquindad y la miopía de sus contemporáneos", señala el
sitio de internet, ibolivia.net/historia/nodel/133.
El tren no fue su única obsesión referida a la
infraestructura vial del país. Construyó dos carreteras que sustituyeron los
viejos trazos coloniales. Sucre-Potosí, con la construcción del hermoso puente
sobre el río Pilcomayo que lleva su nombre y Sucre-Cochabamba con otro puente
sobre el río Grande.
El proceso de cambio de 1892 fue inevitable. Ramiro Condarco
Morales, historiador orureño, dejó como legado una vasta y valiosa producción
intelectual, entre la que se encuentra el libro Aniceto Arce. Artífice de la
extensión de la revolución industrial en Bolivia (1985). Aniceto Arce murió el
14 de agosto de 1906.
El primer ferrocarril llegó a la plaza 10 de Febrero el 15 de mayo de 1892
ES MUY CIERTO QUE SOLO SACAMOS A RELUCIR LO NEGATIVO DE CADA PERSONA Y MAS EN NUESTRO PAIS PEOR A UN EN NUESTRA TIERRA PERO SI SOLO FUERAMOS VISIONARIOS COMO ANGEL MENDOZA JUSTINIANO OTRA SERIA LA HISTORIA DE ORURO..........................
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