14 DE FEBRERO DE 1879, DESCARADA INVASIÓN CHILENA EN TERRITORIO BOLIVIANO

CHILE INVADIÓ BOLIVIA EN 1879 Y LE ARREBATÓ SU SALIDA AL MAR
El 14 de febrero desembarcaron tropas chilenas en Antofagasta en un número aproximado de 200 soldados.

Este artículo apareció publicado en el periódico El Diario de La Paz el 14 de febrero de 2016
Tropas chilenas invadieron el territorio boliviano el 14 de febrero de 1879 el puerto de Antofagasta, sin previa declaratorio de guerra, menos de arbitraje. De esta manera, totalmente imprevista, el país tuvo que defender su suelo, aunque casi inerme para impedir la agresión de la que era víctima.
Su recurso fue pedir a Perú que se ponga en vigencia el Tratado de Alianza Defensiva, suscrito en 1873. Sin embargo, el país hermano tampoco estaba preparado para enfrentar una guerra, por lo que los dos aliados fueron avasallados con la usurpación chilena de todo el Litoral boliviano y las provincias peruanas de Tarapacá, Tacna y Arica, terminando por ocupar Lima, la capital del país hermano.
Desde varios días antes del asalto a Antofagasta se observó que en la costa estaban el barco blindado Cochrane y la Corbeta O- Higgins, a los que sumó el blindado Blanco Encalada. Desde estas naves las tropas chilenas tomaron al asalto la ciudad de Antofagasta, sin tener resistencia alguna.
INCOMUNICACIÓN
Según el libro Historia de Bolivia, de José de Mesa, Teresa Gisbert y Carlos D. Mesa Gisbert, la invasión inició unilateralmente el conflicto bélico. Al no existir líneas telegráficas en nuestro territorio, la noticia llegó a La Paz, por la vía de Tacna. El vapor Amazonas llegó al atardecer del 19 de febrero a Tacna, con la noticia, en tanto, el cónsul boliviano Manuel Granier escribió una carta al Presidente y la envió con el chasqui Gregorio Collque (Goyo) que hizo el máximo esfuerzo y cubrió la distancia a La Paz en cinco días. El 25 de ese mes le entregó la carta a Hilarión Daza y el 26, el Gobierno boliviano hizo una proclama a la nación comunicando la agresión y estableciendo los aprestos para la defensa.
El ataque llegaba en un pésimo momento para Bolivia, porque una inclemente sequía en 1878 había generado desabastecimiento en los mercados, hambruna, peste y gran mortandad.
Una débil defensa se organizó en Calama al mando de Ladislao Cabrera, con 150 hombres, la mayoría civiles, entre los que luego destacaría Eduardo Avaroa, un comerciante de San Pedro de Atacama que combatió en el puente Topáter. Murió peleando como un valiente a los 41 años de edad, y cuya frase hasta el día de hoy se ha convertido en inmortal para el pueblo boliviano cuando arengó a las tropas chilenas que pedían su rendición : “Rendirme yo, que se rinda su abuela c….!!!”
ANTECEDENTES
Según la obra de la familia Mesa Gisbert, previa a esta acción inicial a la conflagración, sin declaración de guerra y que terminaría con la apropiación de 400 km de costa y 120 mil km2 de territorio, se registraron varias acciones chilenas años antes, fruto de la ambición y expansión chilena.
Atacama, una región boliviana inhóspita, se convirtió en el motivo del conflicto en el siglo XIX porque guardaba la mayor riqueza del mundo de guano y salitre, y con ambos productos se podían fecundar otras tierras.
La historia difundida en el contexto internacional, refleja que en 1857, fuerzas navales chilenas desembarcaron en Mejillones para consolidar la toma del citado territorio. El Congreso boliviano, entonces, hizo una declaración de guerra que no pasó de ser un acto simbólico dada la incapacidad bélica del país. Tampoco funcionó la diplomacia y Chile se hizo de las riquezas del Litoral boliviano.
En 1866, Chile logró que Melgarejo le cediera la mitad del Litoral y, según el tratado suscrito, la otra mitad sería sometida a una medianería, es decir, Bolivia y Chile compartirían las riquezas en partes iguales.
MOTIVOS PARA LA INVASIÓN CHILENA
En 1878, un año antes de la invasión, una ley boliviana había dispuesto cobrar 10 centavos por cada quintal de salitre exportado, lo que de plano fue rechazado por la Compañía de Salitres Antofagasta, consorcio chileno–británico.
Ese fue el motivo que Chile encontró para invadir el puerto de Antofagasta. Las tropas se apoderaron de las minas de plata de Caracoles y los depósitos de guano de Mejillones.
De acuerdo con Mesa, hacia 1870 la gran riqueza argentífera despertó una verdadera fiebre en la zona, por entonces se producían 53.000 toneladas de guano anuales y el vecino Perú, 100 mil toneladas.
En esa línea, el entonces presidente Andrés de Santa Cruz decidió conformar una confederación entre Bolivia y Perú (1836) que puso en evidencia las tensiones regionales y evidenció la desesperación de Chile, que tiene un territorio pobre y escaso en recursos naturales. Esa realidad en la que convivía el pueblo chileno fue la que “iluminó la mente” del nefasto chileno Diego Portales, que en una célebre carta al general Blanco Encalada, que marchaba a combatir a Santa Cruz: “Unidos estos dos Estados serán siempre más que Chile”, señala Mesa.
De inmediato, Chile creó confusión en torno a los límites con Bolivia: en 1842 tomó el morro de Mejillones en el paralelo 23°, dos más arriba que la frontera real.
Un año después el presidente chileno Manuel Bulnes creó la provincia chilena de Atacama, que colindaba con el desierto boliviano de Atacama, con el propósito de confundir nombres y soberanías. El Gobierno de Bolivia reclamó sin éxito.
EXPLOTACIÓN CHILENA CLANDESTINA
Entre 1846 y 1847, empresas chilenas se instalaron en alrededores de Mejillones y explotaron guano clandestinamente. En 1857, la corbeta chilena Esmeralda se apoderó de Mejillones, lo que obligó a Bolivia a pedir explicaciones e incluso arbitraje internacional, sin éxito.
Para 1863, dice Mesa, Bolivia obtuvo la autorización del Parlamento para declarar la guerra a Chile, en caso de necesidad, ante la agresión permanente de ese país, que la rechazó. Al poco tiempo el canciller trasandino Antonio Tocornal propuso a Bolivia la compra de Mejillones, que no fue aceptada.
TRATADO SECRETO BOLIVIA-PERU
Las intenciones expansionistas chilenas cada vez más abiertas llevaron a Bolivia y Perú a la firma de un tratado secreto el 6 de febrero de 1873, mediante el cual ambos países se comprometían a aliarse en caso de un ataque de Chile. Seis años antes del conflicto bélico, el presidente Adolfo Ballivián propuso al Congreso boliviano la autorización de un empréstito para la compra de dos barcos blindados. La petición fue negada.
NERVIOSISMO, 139 AÑOS DESPUÉS
El 24 de abril de 2013, Bolivia presentó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya una demanda contra Chile para que la obligue a dialogar y resolver el tema marítimo. Chile respondió que la CIJ carece de competencia para conocer el tema bilateral y recuerda erróneamente que con Bolivia se firmó un tratado de paz y límites fronterizos en 1904, que habría puesto fin al enclaustramiento. Además, cree que la demanda boliviana es para revisar el tratado. Bolivia le dice que el fondo de la demanda es una salida soberana al Pacífico. El 24 de septiembre, La Corte de la Haya rechazó la objeción preliminar chilena y se declaró competente para resolver la demanda boliviana de que el alto tribunal obligue al vecino país a negociar una salida soberana al mar.
Con esta decisión, el juicio contra el vecino país continúa con la presentación de la contramemoria chilena y la presentación de alegatos orales.

LA AMBICIÓN CHILENA PRECIPITÓ LA INVASIÓN A ANTOFAGASTA EN 1879

Por: Cándido Tancara Castillo  /Este articulo apareció publicado en el periódico Página 7 el 14 de febrero de 2015
Los habitantes antofagostinos vieron con asombro en el horizonte el humo del blindado Cochrane y la corbeta O’Higgins, que se sumaban al blindado Blanco Encalada, que ya se encontraba hace días en el puerto boliviano de Antofagasta. 
Esta acción chilena era la invasión desesperada, el 14 de febrero de 1879, fruto de una ambición por controlar el guano y el salitre para mantener intereses del capitalismo inglés.
Previa a esta acción inicial a la conflagración, sin declaración de guerra y que terminaría con la apropiación de 400 km de costa y 120 mil km2 de territorio, se registraron varias acciones chilenas años antes, fruto de la ambición y expansión chilena. 
Atacama, una región boliviana inhóspita, se convirtió en el motivo del conflicto en el siglo XIX porque guardaba la mayor riqueza del mundo de guano y salitre, y con ambos productos se podían fecundar otras tierras.
De acuerdo con Carlos D. Mesa, en el libro Historia de Bolivia, hacia 1870 la gran riqueza argentífera despertó una verdadera fiebre en la zona, por entonces se producían 53.000 toneladas de guano anuales y el vecino Perú, 100 mil toneladas.
Entonces, el presidente Andrés de Santa Cruz conformó una confederación entre Bolivia y Perú (1836) que puso en evidencia las tensiones regionales y evidenció la desesperación de Chile, que tiene un territorio pobre y escaso en recursos naturales. Así lo entendió el chileno Diego Portales, que en una célebre carta al general Blanco Encalada, que marchaba a combatir a Santa Cruz: "Unidos estos dos Estados serán siempre más que Chile”, señala Mesa.
De inmediato, Chile creó confusión en torno a los límites con Bolivia: en 1842 tomó el morro de Mejillones en el paralelo 23°, dos más arriba que la frontera real. 
Un año después el presidente chileno Manuel Bulnes creó la provincia chilena de Atacama, que colindaba con el desierto boliviano de Atacama, con el propósito de confundir nombres y soberanías. El Gobierno de Bolivia reclamó sin éxito.
Entre 1846 y 1847, empresas chilenas se instalaron en alrededores de Mejillones y explotaron guano clandestinamente. En 1857, la corbeta chilena Esmeralda se apoderó de Mejillones, lo que obligó a Bolivia a pedir explicaciones e incluso arbitraje internacional, sin éxito.
Para 1863, menciona Mesa, Bolivia obtuvo la autorización del parlamento para declarar guerra a Chile, en caso de necesidad, ante la agresión permanente de Chile, que la rechazó. Al poco tiempo el canciller chileno Antonio Tocornal propuso a Bolivia la compra de Mejillones, que no fue aceptada.
Las intenciones expansionistas chilenas cada vez más abiertas llevaron a Bolivia y Perú a la firma de un tratado secreto el 6 de febrero de 1873, mediante el cual ambos países se comprometían a aliarse en caso de un ataque de Chile. Seis años antes del conflicto bélico, el presidente Adolfo Ballivián propuso al Congreso boliviano la autorización de un empréstito para la compra de dos barcos blindados. La petición fue negada.
El 14 de febrero de 1879 desembarcaron tropas chilenas en Antofagasta, en un número aproximado de 200 soldados, tomaron la plaza y obligaron al prefecto boliviano Severino Zapata y a los pocos guardias abandonar la población. Mesa señala que de 6.000 habitantes, 5.000 eran chilenos, 600 bolivianos y, el resto, de otras nacionalidades. Los primeros celebraron la invasión.
Dos días después los chilenos tomaron el centro minero de Caracoles. La invasión inició unilateralmente el conflicto bélico. Al no existir líneas telegráficas en el territorio boliviano, la noticia de la invasión chilena llegó a La Paz seis días después, vía Tacna, y llevada hasta La Paz por el chasqui Gregorio Collque.
Nerviosismo, 139 años después
El 24 de abril de 2013, Bolivia presentó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya una demanda contra Chile para que la obligue a dialogar y resolver el tema marítimo. Chile respondió que la CIJ carece de competencia para conocer el tema bilateral y recuerda erróneamente que con Bolivia se firmó un tratado de paz y límites fronterizos en 1904, que habría puesto fin al enclaustramiento. Además, cree que la demanda boliviana es para revisar el tratado. Bolivia le dice que el fondo de la demanda es una salida soberana al Pacífico.


Hace unos días, cuando Bolivia no había oficializado ningún viaje del expresidente de Bolivia y actual vocero de la demanda marítima a Santiago, Carlos D. Mesa, Chile a través de su canciller, Heraldo Muñoz, dijo que "yo no lo voy a recibir de ninguna manera”. Después Mesa dijo que iría a Chile antes del 23 de marzo.



En Costa Rica, la presidenta chilena Michelle Bachelet y Evo Morales hablaron de reponer la Agenda de los 13 puntos (2006). Muñoz dijo que está excluido el tema marítimo y Morales recordó que es sin exclusiones.





Morales dijo hace unos días que el Papa puede mediar en casos de injusticia, como    el enclaustramiento boliviano, debido a que el Pontífice ratificó su visita a Bolivia para julio de 2015. De inmediato Chile logró adelantar una reunión, programada para diciembre, entre Bachelet y Francisco para junio. "Este encuentro es algo distinto. El encuentro será una gran oportunidad para profundizar los lazos entre los chilenos y la  Iglesia Católica”, justificó.
 Bolivia nació a la vida republicana con  soberanía en el Pacífico

1559  La Real Audiencia de Charcas (hoy Bolivia), bajo la dependencia del Virreinato del Perú, incluyó al distrito de Atacama y su costa.
1825  Bolivia obtiene su independencia, establece su territorio sobre la antigua jurisdicción de la Real Audiencia de Charcas, de acuerdo al principio del uti possidetis juris de 1810 (como poseéis (hoy) seguiréis poseyendo en el futuro).
1829  Se crea la provincia del Litoral, autónoma del departamento de Potosí.
1833  El 18 de noviembre se suscribe el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre Bolivia y Chile, que reconoce la soberanía marítima de Bolivia en el Pacífico.
1842  Mediante Ley de 31 de octubre, Chile declara de su propiedad depósito de guano ubicados en la costa boliviana de Atacama.
1866  El 10 de agosto se suscribe el primer tratado de límites entre Bolivia y Chile, que define como límite fronterizo entre ambos países el paralelo 24° y establece la mancomunidad de explotación del guano, metales y minerales ubicados entre los paralelos 23° y 25°
1874  El 6 de agosto   se firma el segundo tratado de límites entre Bolivia y Chile, que confirma la línea fronteriza en el paralelo 24°.
1879  El 14 de febrero Chile invade militarmente el puerto boliviano de Antofagasta, desconociendo el mecanismo de arbitraje previamente acordado. 


14 DE FEBRERO DE 1879 COMENZÓ LA INVASIÓN CHILENA A BOLIVIA
Por: Por: César Adalid Larrea Peralta – Escritor y Abogado / Este articulo apareció publicado en el periódico La Patria el 16 de febrero de 2014

Estimado lector ese día no podrá ser borrado de nuestra memoria porque representa el inicio de una invasión y con consecuencias hasta la fecha.


Cuando se supo en Santiago que Bolivia había dispuesto la rescisión del contrato con la Compañía de Salitres y retomaba la propiedad de las salitreras, el gobierno de Chile ordenó que los navíos de guerra Cochrane y O’Higgins con un destacamento militar de 200 efectivos invadiesen el puerto de Antofagasta, hecho que se consumó el 14 de febrero de 1879. Ese día el prefecto del Litoral, Severino Zapata, más los funcionarios públicos y los pocos guardias armados fueron intimados a abandonar la ciudad. Grupos de exaltados chilenos recorrieron las calles asaltando viviendas y edificios públicos bolivianos, pues de los 6.000 habitantes que tenía Antofagasta, 5.000 eran chilenos, 600 bolivianos y el resto de otras nacionalidades. La niña Genoveva Ríos, hija de uno de los 34 gendarmes de policía, ocultó la bandera de la institución entre sus ropas, salvándola de ser ultrajada. El 16 de febrero el prefecto Zapata más algunas familias que estaban refugiadas en el consulado del Perú abordaron el vapor "Amazonas" cuyo destino era Cobija y Arica.



La noticia de la invasión llegó a Bolivia por la vía de Tacna, pues el país no tenía líneas telegráficas. El vapor Amazonas llegó el 19 de febrero a Arica y el cónsul boliviano en Tacna, Manuel Granier escribió una carta al presidente y la envió con el chasqui Gregorio Collque, que hizo el recorrido hasta La Paz en cinco días, entregando la correspondencia el 25 de febrero.



Chile, con la invasión a Antofagasta, inició el conflicto de forma unilateral y sin declaración de guerra, desarrollaba el plan expansionista que había urdido durante tiempo, para apropiarse de las riquezas guaneras, salitreras y minerales del litoral boliviano. El impuesto de los 10 centavos fue la excusa oportuna esperada, ya que con antelación había mandado fabricar en Inglaterra (1872), dos modernos blindados (Cochrane y Blanco Encalada), además de haber rearmado y equipado completamente a su ejército a la manera prusiana. Así en el momento del conflicto contaba con un efectivo activo de 6.000 hombres y con una reserva de 45.000. El Perú tenía un efectivo de 5.000 hombres (35.000 en reserva) con armamento antiguo y mal equipado al igual que el ejército boliviano de 1.500 soldados con una capacidad de movilización de 6.000 (Razoux, 2002).



El Perú conocedor de los acontecimientos suscitados, se mostró reticente a cumplir con el Tratado de Alianza, pues al igual que Bolivia, no se encontraba en condiciones de afrontar una guerra en esos años, pues sus gobernantes anteriores habían despilfarrado las arcas del Estado, encontrándose en una situación económica muy difícil, por lo que envió a Santiago a José Antonio Lavalle para intentar encontrar una salida a la crisis, sin embargo ésta fracasó al conocerse que Chile paralelamente trataba de convencer a las autoridades bolivianas de unirse a su esfuerzo para apoderarse, de las riquezas mineras de Tarapacá. Este planteamiento fue hecho a Daza por Domingo Santa María, canciller chileno, y se conoció como las "Bases Chilenas". Bajo estas circunstancias, el presidente del Perú Mariano Ignacio Prado, oficializó el Tratado de Alianza con Bolivia.



Esta reseña histórica debe ser el símbolo para recordar que no hubo guerra sino una invasión por parte de Chile hacia Bolivia y que no son territorios perdidos, sino territorios ocupados tal y como dice el autor en su libro.


LA INVASIÓN A ANTOFAGASTA FUE EL INICIO DE UN PLAN DE 4 FASES
Por: Yuri Flores / Este articulo apareció publicado en el periódico La Razón el 14 de febrero de 2016
Chile invadió el puerto boliviano de Antofagasta el 14 de febrero de 1879 y así comenzó a ejecutar un plan de cuatro fases para tomar por la fuerza un territorio estratégico para su desarrollo. Con estas hostilidades comenzó la Guerra del Pacífico.
Cerca de las ocho de la mañana del viernes 14 de febrero de 1879, el acorazado chileno Blanco Encalada, que intimidante estaba atracado en la rada del puerto de Antofagasta desde diciembre del año anterior, hace disparos de artillería para “saludar la llegada” de otro acorazado, el Cochrane, y de la corbeta O’Higgins que transportaron a las tropas que horas después concretaron la invasión.
El historiador y documentalista boliviano Pablo Michel —según explicó a La Razón— ubicó este funesto acontecimiento como el inicio de una estrategia chilena de cuatro fases que culminó con la toma de Lima, la capital peruana, en enero de 1881.
“La primera fase se llama la campaña de Atacama, donde no hay batallas, solo son invasiones y tomas en territorio boliviano, como la que se desarrolló en Antofagasta”, manifestó.
El día de la invasión descendieron del Cochrane y del O’Higgins cerca de  2.000 hombres armados con fusiles Remington. Según la recopilación de datos de Michel, en Antofagasta vivían, en ese entonces, entre el 85% y el  90% de ciudadanos chilenos y el resto eran bolivianos. Así, el ejército chileno desterró a los pocos connacionales hasta Perú en una embarcación comercial llamada Amazonas.
“El 14 de febrero, tropas chilenas tomaron por asalto el puerto de Antofagasta, Mejillones y Caracoles. Denunciamos ante el mundo el cobarde crimen. Bolivia acepta la guerra sin provocarla”, señala el principal titular del periódico El Comercio del 28 de febrero de ese año, dos semanas después de la invasión de tropas chilenas.
El ejército chileno, al mando del coronel Emilio Sotomayor, comienza su marcha por la calle Bolívar de Antofagasta hasta llegar a la plaza Colón; rodean el cuartel de guarnición donde había 70 gendarmes bolivianos.
La segunda fase del plan chileno se concreta con la campaña marítima contra la Armada del Perú, donde Bolivia no participó porque no contaba con una flota marina. Las embarcaciones chilenas capturaron al emblemático buque peruano Huáscar en octubre de 1879.
Batalla. La siguiente etapa, según explica Michel, fue la denominada fase de Tarapacá, “donde se encuentran por primera vez los tres ejércitos, Perú, Bolivia y Chile”, esta fase culmina con la Batalla de la Alianza en mayo de 1880 con el triunfo de las tropas chilenas. La cuarta etapa es la campaña de Lima, “que ya es directamente la caída del Perú”, se produjo en enero de 1881 con la toma de la capital al mando del general Manuel Baquedano. “Esas son las cuatro fases de un plan fue elaborado por Chile” para expandir su territorio”, complementó el historiador.
Datos de la Guerra
Armas
Según el historiador Pablo Michel, Chile inició su carrera armamentista a finales de 1850 y a principios de 1860 con la adquisición de fusiles y embarcaciones de Inglaterra.
Ocupación
La amenaza de la invasión chilena a Antofagasta estaba marcada por la presencia del acorazado Blanco Encalada que atracó desde fines de diciembre de 1878.
El impuesto al salitre fue la excusa 
Para los historiadores, Chile ya tenía un plan de expansión al norte
La determinación del gobierno del presidente Hilarión Daza (1876-1879), en 1878, de aprobar una ley que aumentaba en diez centavos el impuesto a cada quintal de salitre que exportaba la empresa chilena Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta, fue la excusa para iniciar la invasión a territorio boliviano el 14 de febrero de 1879.  “El tema del impuesto a la exportación de salitres era un pretexto. Los 10 centavos fue lo que ellos utilizaron como excusa”, remarcó el historiador y documentalista Pablo Michel.
Esta decisión de Bolivia fue rechazada por el Gobierno de Chile. La teoría de Michel señala que la intención real de la nación vecina era tomar posesión de las salitreras y guaneras del Perú que eran mayores a las de Bolivia, pero que estaban más al norte, y que fue un pretexto para tomar territorios.
Historia. El periódico El Comercio reflejó que en diciembre de 1878 el encargado de negocios de Chile en Bolivia, Pedro Nolasco Videla, rechazó el incremento de los impuestos dictaminado por el Gobierno boliviano y le pidió, por el contrario, respetar “el convenio de statu quo, es decir la suspensión temporal del impuesto hasta que la discusión no estuviese enteramente agotada”.
“La comunicación de vuestra excelencia (ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Martín Lanza) que voy contestando destruye todas las expectativas de una solución tranquila y conciliadora y cierra el paso a toda discusión”, señala la carta de Nolasco Videla.




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