21 DE NOVIEMBRE DE 1921: EL HEROICO PILOTO ORUREÑO JUAN MENDOZA Y
NERNULDES, VENCEDOR DE LOS CIELOS NACIONALES
Inédita
fotografía del aviador Juan Mendoza junto con el mecánico Ángel Mardesich
Velarde, la dupla que logró completar la conquista de los cielos nacionales y
con ello el nacimiento mismo de la actual Fuerza Aérea Nacional,
lamentablemente ésta institución nunca rindió los honores debidos a estos
grandes, atrás el avión "Cobija".
Por: Ing. Miguel Salas Aguilar / Este articulo apareció publicado en 24 de enero de 2010 en el periódico La Patria de Oruro.
Poco o nada
se ha escrito sobre el primer aviador boliviano, ¿por qué de esta
indiferencia?, cuando su valor conquistó los cielos nacionales con sus proezas
del 10 y 21 de noviembre de 1921 que enterraron el mito de que a estas alturas
era imposible los vuelos. Gracias a una prolongada entrevista con la Sra. Sofía
Mendoza, hija del héroe, en la ciudad de Cochabamba, y en general de la familia
Soria Mendoza, toda, nace este reportaje con inéditas noticias que enaltecen y
sacan del olvido la figura del heroico "dominador de los aires" el
orureño Juan Mendoza y Nernuldes.
El llamado del estaño
A finales del pasado siglo XIX, Bolivia conllevó
trágicos acontecimientos internacionales como la nefasta guerra del pacífico de
1879, con la consiguiente pérdida de Bolivia en el escenario marítimo;
posteriormente sobrevino la fratricida guerra civil de 1898 en la que se
disputó la capitalía de la República, en que las fuerzas de la ciudad de La Paz
salieron triunfantes, mientras que las de Sucre se replegaron heridas en su
orgullo; Oruro, fue el cuartel general de las operaciones militares de uno y
otro ejército, por su importante conexión ferrocarrilera inaugurada hacia el
año 1892.
Todos estos factores principalmente el traslado
del poder político de Sucre a La Paz, y la caída de la plata y el despertar
económico del estaño y su alta demanda mundial, hicieron de Oruro, una plaza de
fuertes economías internacionales instaladas en la pequeña pero bien
desarrollada urbe; el estaño fue el místico imán que atrajo a miles de
extranjeros y nacionales en procura de fortunas, una de tantas familias fue la
del joven chuquisaqueño el químico don Ángel Mendoza y María Nernuldes, quienes
fueron sin saberlo padres de un niño que nació con Alas, para hacer historia.
Una inquieta juventud. Juan Mendoza y Nernuldes,
nació en la población de Obrajes, cerca de nuestra ciudad, el 16 de noviembre
del año 1893.
Motivado por las novedades mecánicas procedentes
de ultramar, fue testigo presencial de los vuelos en globo del aeronauta
Eduardo Laiselle, en nuestra ciudad el 4 de Julio de 1901, apenas tenía 8 años,
y su corazón latía, inspirado por las novedades tecnológicas.
Años después como estudiante del colegio Bolívar,
fue uno de los primeros afortunados jóvenes, en tener el mayor invento llegado
de ultramar: la bicicleta, con la que realizó el primer raid desde nuestra
ciudad a La Paz, superando la infinita distancia de la pampa en aquel artilugio
de la invención inglesa, y que le hizo merecedor de una medalla de oro. Uno de
esos pueblos indígenas apostados al camino, desconociendo el invento, hondeó
ferozmente al heroico joven, a quien confundieron con Supay, quien tuvo que
pasar forzadamente dos veces por la misma senda, para cumplir su aventura.
Pero su juventud, se vería afectada cuando su
padre don Ángel, falleció accidentalmente al estar en contacto directo con el
mortal cianuro, durante el análisis de unas muestras mineralógicas.
La patriótica decisión orureña.
Nuestra ciudad organizo el 26 de marzo de 1915, la
primera institución aérea del país, mediante un "Comité Pro Escuela
Militar de Aviación de Oruro", sin ninguna ayuda del Gobierno esta
institución, logró recaudar acaudaladas cifras para este cometido, logrando
aquel año el gasto de traslado del joven chileno Luís Omar Page, quien
sobrevoló su frágil avión tipo Bleriot, en la pampa orureña el 30 de Julio de
1915. Entre la multitud, testigo de aquel sorprendente acontecimiento estaba el
joven Mendoza, quien decidió desde entonces su futuro, y apostó por ser el
primer aviador nacional.
Gracias al vuelo de Luís Omar Page, la conquista
por el cielo nacional, había comenzado. Meses después… "el Presidente
Ismael Montes gestionó ante los gobiernos de la Argentina, Chile y España la
obtención de becas, habiendo sido enviados a la Escuela de ‘El Palomar’
(Argentina), los oficiales Vásquez, Alarcón y Pareja. Mientras tanto el viril y
patriota pueblo orureño, reuniendo recursos propios, enviaba al aviador Mendoza
para que hiciera sus estudios en la Escuela de ‘Villa Lugano’…"
Los primeros días de enero de 1916, gracias al
aporte económico de los propios orureños, sin auxilio alguno del gobierno, el
hábil mecánico Mendoza partió rumbo a la distante capital argentina, con la
promesa en el corazón de lograr superar las pruebas físicas, teóricas y
prácticas del estudio del vuelo: ¡y todo gracias a la iniciativa a y aporte de
Oruro!
Un exitoso orureño en Buenos Aires.
Poco se sabe de los tres militares becados por el
Gobierno en las escuelas de vuelo de Argentina, Chile y España, quienes al
parecer nunca lograron acumular méritos de aviadores; uno de ellos José Rafael
Alarcón, murió trágicamente cuando su máquina cayó en suelo extranjero, durante
un ensayo de vuelo, fue el 23 de enero de 1917.
Mientras, el diestro Juan Mendoza, lograba despertar
aún más el Fénix que tenía en su alma, superando los rigurosos vuelos de
prueba, en la Escuela de "Villa Lugano", primero en globos
aerostáticos, y finalmente los vuelos solitarios, y con ellos el examen final,
logró en apenas medio año de entrenamiento, el Brevet de Piloto Internacional
Nº 103, otorgado por la Federación Aeronáutica Internacional el 18 de Julio de
1916. ¡Apenas medio año de su partida! Sumado al vasto conocimiento el
"diseño de máquinas y mecánica de Aviación", superando con creces en
conocimiento y práctica de otros novatos militares, había ahora que demostrarlo
en los cielos de su patria.
En la gran ciudad de Buenos Aires, el círculo de
amistades que había cultivado su carismática personalidad, lograron su
permanencia un tiempo más, pero tenía que cumplir su promesa como orureño, al
pueblo que había costeado su estudio. En la capital porteña, le ofrecieron
‘cielo y tierra’ por que se quedara en la escuela de vuelo, pero su lealtad
pudo más, tenía que demostrar la conquista de los cielos bolivianos.
Rumbo a Oruro; en carreta, tren y aire.
Hacia el 1919, regresó a Bolivia con los
documentos que acreditaban su capacidad aérea, solicitando al gobierno
nacional, la compra de un avión para completar el cometido del vuelo en el
país. Increíblemente se negó la petición, a más de eso, los fondos del
"Comité Pro Escuela de Aviación de Oruro" fueron centralizados
inexplicablemente a La Paz.
Y otra vez fue Oruro, quién auxilio al joven héroe
en su cometido, el empresario Alfredo Etienne fue quien sugirió comprar un
avión en Buenos Aires, para lograr los vuelos del piloto; nació una sociedad
entre éstos quienes aportaron a mitades la compra del costoso aparato. Filmando
incluso una película que hoy esta protegida en la Filmoteca de la Generalitat
de Valencia-España.
Ya en Buenos Aires, ambos, adquirieron un poderoso
avión Fiat por un valor de 30.000 bolivianos, fuera de 1.119 pesos argentinos
que representaron los gastos de transporte, hasta Uyuni. El Fiat italiano se
traslado desarmado desde los hangares argentinos hasta Villazón, allí, surgió
otro obstáculo, de Villazón a Atocha se carecía de via férrea, por lo que se
recurrió a las carretas. Venciéndose a sudor y voluntad las dificultades el
avión desarmado, fue otra vez trasladado en ferrocarril desde Atocha a Uyuni.
Fue en esa población donde el avión se bautizó como "Cobija" y una
vez ensamblado, el extraño aparato se elevó a los cielos nacionales, era el 10
de noviembre de 1921.
El inmenso salar de Uyuni, fue testigo de las
hazañas del joven orureño que se elevaba al cielo inmensamente azul. Las
fiestas en Uyuni, fueron ruidosamente festejadas. ¡los Vivas a Bolivia y al
valor de Mendoza!, se multiplicaron cuando la aeronave, realizó el prolongado
raid Uyuni – Chivas – Pelechuco – Huanchaca – Uyuni. Mientras tanto una noticia
se transmitió por el telégrafo desde Uyuni a todo el país ¡Un piloto boliviano,
había conquistado los cielos nacionales!
Luego de algunos días de permanencia. El avión
"Cobija", nuevamente desarmado fue transportado en ferrocarril hasta
Poopó, desde donde se completaría el esperado vuelo en su ciudad natal: Oruro,
donde se esperaba al joven héroe, con el mayor de los protocolos y las campanas
de las iglesias, esperaban el asomo del avión para anunciar el histórico
momento.
Rumbo a la conquista del cielo orureño.
Una vez llegado al poblado de Poopó, rearmó la
maquinaria voladora. Un gran espacio se abría ante ellos, hasta su destino
final… la pampa inmensa, sería el testigo de la hazaña, los pobladores veían
cómo se preparaba aquella proeza mecánica, el telégrafo anuncio la noticia a
Oruro, que pronto estarían allí aquellos viajeros de los aires… la población
esperaba con el oído atento a las próximas noticias; y un día claro el 21
noviembre de aquel año de 1921 se alzó de la alta tierra de los andes
bolivianos, al diáfano cielo aquel avión, llevando a Mendoza y al mecánico
Ángel Mardesich Velarde durante un vuelo de 15 minutos, que harían historia!!
¡La gran aventura había empezado! Un gran espacio
se abría ante ellos, hasta su destino final… mientras la muchedumbre se apostó
por cientos en los cerros próximos, entre sendas calderas de ponche y ligeros
copetines de whisky. Y por increíble que parezca, la precaución maternal optó
por recluir a algunos niños o jóvenes, dentro de las viviendas. "Era
prudente no salir, cuando "Juanito" Mendoza trataba de volar aquella
mezcla de arado y carretón con alas… algunos creían pues, que aquello no podría
remontarse en los aires y si lograba hacerlo, tendría que caer y por lo tanto
era mejor estar recluido en el hogar".
Luego de un vuelo de 15 minutos, el avión llegó a
su destino final: Oruro. Luego de planear sobre toda la ciudad, el avión tomó
tierra en Papel-Pampa, y una muchedumbre sacó a Juanito Mendoza, turnándose los
hombros para cargar al héroe hasta la misma Plaza, donde se hicieron ruidosas
manifestaciones de homenaje público. Su pecho se convirtió en una constelación
de bien merecidas medallas de oro, nacidas del incomparable júbilo de su pueblo
natal.
Mendoza cumplió con el pueblo que había depositado
en él su confianza, seis años antes, y Oruro sin saberlo demostraba ser la
ciudad pionera de la aviación; donde se forjó hacia el año 1915 el anhelo de
establecer la capacidad de dominar los cielos nacionales. Se dedicaron
estribillos y cuecas, al valor del piloto. Pero una fatalidad se acercaba
lentamente a su gloria, el centralismo vio con malos ojos la proeza del
orureño.
El gobierno nunca demostró afecto público al
acontecimiento. Y como se verá posteriormente, nunca se le permitió ingresar a
la Escuela de Aviación establecida en 1923, y el déspota gobierno de Bautista
Saavedra, terminó secuestrando su preciado avión.
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