
El Combate de Tambillo fue uno de los
acontecimientos militares que le dio gloria a Bolivia, y fue el único combate
ganado por el Ejército Boliviano a raíz de la invasión de Chile a nuestras
costas en 1879. El Coronel don Rufino Carrasco, el héroe del Combate de
Tambillo, nació en Talina, Provincia Sud Chichas, el 10 de julio1827. Con
el grado de oficial del Ejército, participó en las acciones de Humahuaca, Iruya
y Montenegro. Posteriormente marchó al lado de Velasco durante la
organización del movimiento del Sud contra Ballivián; también actuó en
Yanacocha y Socabaya.
En el año 1979, un año antes del
centenario de la invasión chilena, un equipo de investigación histórica a la
cabeza del escritor Fernando Cajías de la Vega, encontró en la Biblioteca y Archivo
Nacionales de la ciudad de Sucre dos informes originales de la época sobre el
Combate de Tambillo. Uno de los informes fue elaborado por su propio jefe, el
Coronel Rufino Carrasco, y fue enviado desde Toconao, que está ubicado en la
Provincia Atacama, al Coronel Lino Morales, Jefe Superior Militar de las
fuerzas residentes en las Provincias de Lípez, quien a su vez lo transcribió,
para enviarlo a sus Jefes Superiores. Esta re transcripción está fechada el 14
de diciembre de 1879. El otro documento también fue enviado por don Rufino
Carrasco al Jefe de Estado Mayor de la 5º División desde San Cristóbal, después
de retornar de su campaña en Atacama; está fechado el 27 de diciembre de 1879.
Estos dos documentos los publicó don
Fernando Cajías de la Vega en el periódico Presencia (LaPaz) el 16 de
diciembre de 1979. Son una prueba indiscutible de la existencia del
Combate de Tambillo. Además de los dos documentos mencionados, el
Coronel Carrasco publicó un tercer documento en La Paz, en abril de 1880,
su famoso “Manifiesto”.
Por estos tres documentos se sabe que, en
febrero de 1879, se recibió la triste noticia de que nuestro territorio del
Litoral, había sido invadido por fuerzas chilenas y que la zona
comprendida en los grados 23 y 24 de latitud sur fue ocupada. Sabedor de
esto, don Rufino Carrasco voló a Potosí a ofrecer sus
servicios a la 5ª División. El General Narciso Campero, después de una
entrevista, lo aceptó y lo volvió al servicio de las armas en el grado de Coronel.
Se le dio la orden de formar un Cuerpo de Caballería en Tupiza, que
serviría de vanguardia de la 5ª División. Muchos jóvenes se alistaron a
sus expensas y en sus propios caballos.
Fernando Cajías de la Vega, en su artículo “Batalla de Tambillo” hace
referencia al diario de campaña de la 5ª División, escrito por el comisario de
Guerra, Manuel Alba, que menciona a todos los componentes del Escuadrón y de
donde eran. Citamos:
El Escuadrón Francotiradores lo forman la
vanguardia que salió de Cotagaita con el Teniente Coronel César Moscoso y con
el que trajo de Tupiza el Coronel Carrasco, los nombres de tan distinguidos
caballeros que recomendamos a la consideración de nuestros compatriotas y que
la historia del país debe conservar, son los siguientes: Capitanes Enrique
Mendivil (Estarca), Manuel Aramayo (Suipacha).
PRIMERA COMPAÑÍA
Teniente 1º Mariano Resina (Sucre),
Antonio Pareja (La Paz), Agustín Aramayo (Talina), Teniente 2º Torcuato Alfaro
(Suipacha), Rodolfo Abaroa (Atacama), Mariano Calancha (Sucre), Desario Alfaro
(Suipacha), Teniente Graduado Juan B. Aramayo (Talina), Subteniente Aristipo
Arraya (Tupiza), Venancio Toro (Sucre), Rosendo Justiniano (Tupiza), Nicolás
Carrazana (Chiu Chiu), José Núñez (Sucre), Félix Wayar (Santa Catalina),
Lorenzo Pérez (Portugalete), Liborio Aramayo (Talina).
SEGUNDA COMPAÑÍA
Comandante Evaristo Casasola (Tarija),
Sargento Mayor Juan Carretero (Tupiza), Capitanes Manuel Maria Oliden (Potosi),
Segundo Altamirano (Cinti).
Teniente 2º Juan Cortez (Tarija), Severo
Aparicio (Tupiza), Simón Colodro (Tarija), Amadeo Martínez (Tarija), Toribio
Montellanos (Tarija), Gualberto Ruiz (Buenos Aires), Mariano Millares (Tarija),
Daniel Ríos (Tarija), Máximo Iraola (Potosí), Simón Mariscal (Potosí),
Baldomero Bracamonte (Catamarca), Manuel Aparicio (Tarija), Antonio Gorena
(Tupiza), Antonio Ojalbo (Portugalete), Hipólito Zamora (Nazareno), Issac
Ustares (Nazareno), Froilán Infante (Potosí).
Sargento 1º Justo Quinteros (Chiu Chiu),
Pascual Cortés (Tarija), Asencio Ríos (Chiu Chiu).
Cabo 1º Andrés Lazo (Lípez), Cabo 2º Diego
Mercado (Cochabamba), Cadetes Agustín Abaroa (Santa Marta), Alberto Gómez
(Talina), Federico Alfaro (Suipacha).
Sargento 1º Manuel Barroso (Lípez),
Sargento 2º Felipe Aramayo (Moraya), Gabino Torres (Cotagaita), Federico
Baldiviezo (Tarija), Juan de la Cruz Calera (Estarca), Rufino Rivera (Mojo),
Manuel Lens (Tarija).
PLANA MAYOR
Coronel 1º -Jefe Rufino Carrasco (Talina)
Coronel 2º Mariano Colodro (Tarija)
Coronel 2º -Ayudante Mayor- Julio Aramayo (Mojo)
Teniente Graduado Máximo Morales (Estarca)
Teniente Coronel César Moscoso (Sucre)
Teniente Graduado -Portaestandarte- Rosendo Aramayo (Estarca)
Comandante Eugenio Patiño (Cochabamba)
Mayor Graduado Eloy Delgadillo (Potosí )
Este es el Escuadrón que dio
gloria a la patria en la jornada de Tambillo”, que fue decisivo en la Guerra
del Pacífico, porque cambió totalmente los planes usurpadores de Chile.
Antes de Tambillo el plan de Chile era: de penetrar hasta Potosí, para tomar
las minas de plata y controlar la parte Sud de Oruro; interceptar los posibles
suministros de cereales, ganado y otros productos para el ejército del General
Daza, que pensaban se podía hacer desde Chuquisaca, Potosí y la República
Argentina. Después de la aplastante derrota de los chilenos en el Combate
de Tambillo, el objetivo fue de dirigirse hacia el norte a Lima, como
posteriormente lo hicieron.
Los dos informes originales de la época
sobre el Combate de Tambillo son los siguientes (ortografía original).
BOLIVIA
Escuadrón Franco-Tiradores.
San Cristóbal, Diciembre 27 de 1.879
Al señor Jefe de Estado Mayor de la
Quinta División S.J. de E.M.
Con mucha satisfacción he leído su
estimable oficio de 19 del presente, en el que se sirve U. felicitarme a nombre
del Comandante Gral. de la División y de U. y por mi órgano al Escuadrón
Franco-Tiradores por el hecho de armas de 6 de corriente en el punto de
Tambillo.
Para mi Sr. Jefe de Estado Mayor no tiene
tanto mérito ese hecho, cuanto el haber hecho una marcha esforzada y feliz por
haber llegado al pueblo de Chiu Chiu sin ser sentido por el enemigo y ponernos
a siete leguas de distancia de fuerzas mui superiores en número que contaban
con ametralladoras y cañones, 600 hombres de infantería, 80 cazadores y 300
rotos armados todos de rifles. Permanecí con el Cuerpo de mi mando 26
horas en dicho pueblo, resuelto a resistir cualquier ataque.
Una circunstancia imprevista hizo variar
mi plan y marché resuelto a atacar una fracción de fuerzas invasoras que
guarnecían la Capital de Atacama, de cuyo resultado ya tiene U.
conocimiento.
Sabedor de que debían llegar fuerzas
enemigas de Calama y Caracoles por distintos rumbos, siempre en número mui
superior, como punto estratégico, me retiré a 8 leguas al punto de Toconao para
atraerlos al campo raso y por medio de una sorpresa batir esas fuerzas;
obligado por la escases de víveres para la subsistencia de las fuerzas de mi
mando, falta de forraje para las bestias, resolví hacer mi retirada el 14, como
que en efecto, salí ese día a la una p.m. después de que llegaron el 13ª
Atacama de 500 a 600 chilenos [a los] mencionados pueblos de Caracoles y
Calama.
Mi objeto, hasta que estas fuerzas
llegaran a la Capital de Atacama, fue ocasionar al enemigo gastos ingentes,
como así fue, movilizando sus fuerzas en todo el Litoral; haciendo venir más
fuerzas todavía de caballería del puerto de Tocopilla. Ese enemigo
cobarde que contando con 200 soldados entre Calama y Carocoles y Carmen Alto no
se atrevió a atacarme en los 12 días que permanecí en posesión de la Provincia
de Atacama, recorriendo su línea por distintos puntos.
Salí pues del Valle de Toconao como le
tengo dicho el 14 a la una p.m. por caminos extraviados sin recursos
suficientes. En una marcha penosísima de diez días, tuve el sentimiento
de dejar 26 bestias en el trayecto: pasamos cuatro días sin tomar una cucharada
de caldo pero siempre resignados y perseverantes, sobreponiéndonos a todas las
penalidades y privaciones consiguientes a la campaña.
El 23 arribé a esta Capital con el Cuerpo
a mi mando en número de 97, habiendo salido de aquí el 24 de noviembre con 69
hombres incluso el suscrito, y tuve la satisfacción de dar cuenta de la honrosa
comisión que se me había confiado al Sr. Comandante General de la Frontera del
O.E. de la Republica, después de haber recorrido 200 y tantas leguas en todo el
tiempo que estuve separado de la fuerzas existentes en esta Capital. Temo
distraer sus grandes atenciones y omito más detalles.
Hoi por disposición del Sr. Comandante
General de la Frontera de O. E. salgo con el Cuerpo de mando a la quebrada de
Estarca para restablecer la caballada, que se encuentra en lamentable estado,
dejando en esta capital 25 rifleros montados por orden del expresado Comandante
General O.E. tengo el sentimiento de anunciar a U. que en cuarenta días de las
fechas, estando mui bien comida, la caballada no podrá prestar servicio
[alguno] recién.
Sírvase Sr. Jefe de Estado Mayor, dar
lectura de este oficio al Sr. Comandante General de la División y manifestarle
a nombre mío y del Escuadrón Franco-Tiradores, nuestra profunda gratitud
por la felicitación que se ha dignado hacernos.
Con este motivo, tengo el agrado de
ofrecer a U. mis consideraciones de estimación y respeto.
Dios guarde a Ud.
Rufino Carrasco
Transcribimos el texto del segundo informe
a continuación (ortografía original):
INFORME 2: COPIA
Bolivia Escuadrón Franco-Tiradores
Vanguardia de la 5ª División, Toconao,
Diciembre de 1.879
Al Sr. Jefe Superior Militar de las
fuerzas recientes en la Provincia de Lípez
Sr:
Consecuente con el tenor de mi último oficio dirigido a U. del punto trópico
continué mi marcha el 27 pasado habiendo llegado al pueblo de Chiu Chiu el 3
del presente a las cinco de la mañana sin ser sentido por el enemigo, para
sorprender a las fuerzas que creí se encontraban en ese pueblo, como era de
suponerse. Más, una vez posesionado de la plaza, tomé presos a todos los
chilenos agentes de las fuerzas de Calama, dictando las medidas más
convenientes al caso para no ser sentido por los invasores que se encontraban
fortificados en aquel pueblo, con la resolución firme de darles un
asalto. Su número pasaba de 600, con las ametralladoras de artillería,
aparte del rotaje a quien se le dé un llamamiento general para que tomara las
armas. Entre los varios chilenos que venían de Calama, los tres últimos que
iban a caer en nuestro poder lo mismo que los demás, éstos inmediatamente de
ver a los nuestros se pusieron en fuga. Perseguidos, fue tomado uno, otro
muerto y el último escapó. Este fue quien dio aviso de habían fuerzas
bolivianas en Chiu Chiu en el momento se pusieron los enemigos en Calama para
atacarnos apoyados en número triple de fuerzas con que contaban, este
acontecimiento hizo variar mi campaña.
El 4, horas de p.m. salí con el cuerpo de
mi mando con dirección a la Capital de Atacama, para atacar la fuerza enemiga
que se encontraba guarneciendo esa plaza. Marché pues trasnochado hasta
llegar al establecimiento de San Bartolo, donde llegué a las once a.m. del día
cinco después de una marcha forzada, pero de Calama habían dado aviso de ese
movimiento y nos esperaban listos para presentar combate. Resolví
entonces que descanzara la tropa y hacer algunos arreglos. A las doce
p.m. emprendí mi marcha en son de combate para no ser sorprendido en el
trayecto por alguna emboscada enemiga. Eran las cinco a.m. me encontraba
en el punto de Tambillo, legua y media del pueblo; día antes el enemigo había
tomado posiciones mui ventajosas y tan luego como descubrieron la vanguardia
hicieron una descarga sobre estos. Inmediatamente dispuse el plan de ataque
y que entraran en combate las fuerzas que comandaban los Tenientes Coroneles
Moscoso y Patiño.
El 1º tomó izquierda y el 2º cargó de
frente, rompiendo sus fuegos a paso de vencedores, desalojarlos de sus
parapetos a los Cazadores del Desierto, que éste es el nombre del Cuerpo al que
pertenecían, un cuarto de hora fue suficiente para nuestros bizarros Jefes y
rifleros que atacaron arrollándolos y poniéndolos en completa derrota; quedando
en nuestro poder once prisioneros y varios heridos, los muertos de la parte
enemiga suben a doce individuos. Los demás escaparon por estar bien
montados. En el acto ordené se reunieran todos los pertrechos de guerra
tomados al enemigo que consisten en rifles Winchester con alguna dotación, 14
espadas, 10 caballos, monturas y corriaje.
Terminado este arreglo que se hizo con la
rapidés de las circunstancias, seguí mi marcha al pueblo. Inmediatamente
me ocupé de restablecer las autoridades y disponer de mi fuerza para resistir
cualquier ataque de las fuerzas que se decía venían de Calama y
Caracoles.
De nuestra parte tengo que deplorar la
muerte de Los Valientes, Teniente 1º Desario Alfaro, del Sargento 1º Juan de la
Cruz Calera quienes fueron muertos por una descarga y haber avanzado sobre un
grupo de los enemigos. El 1º tenía cuatro balazos y el 2º tres: un herido
el Subteniente Ernesto Carrasco. Empleando el cálculo militar y la
estrategia se pudo burlar al enemigo que debía llegar a Atacama de los puntos
anteriormente indicados y atacarlo tomando posiciones ventajosas.
Hasta este momento que escribo, son las
cuatro p.m. no tengo aviso alguno del movimiento enemigo y me encuentro siempre
dispuesto para cualquier momento y librar combate siempre que las fuerzas
enemigas no sean en número muy superior. Tengo que recomendar en general
y a los Jefes y Oficiales de Franco-Tiradores su abnegación, patriotismo,
perseverancia en la cruda y rigurosa campaña en que nos encontramos, sería
largo referirle a U. minuciosamente las privaciones y penalidades y alistar a
cada momento con rifle en mano. Me es sumamente extraño que el Sr. Gral
Campero y U., después de haberme encomendado una expedición tan difícil,
lanzándome con solo 70 hombres hasta ponerme a las ocho leguas donde se
encuentran fuerzas considerables del enemigo, no haya recibido refuerzo para
apoyarnos. Nosotros resueltos a sacrificarnos por la patria no omitimos
medio alguno de hacerlo; pero de cualquier fracaso que hubiera en lo sucesivo;
Uds. y solo Uds., serán responsables ante el pueblo boliviano.
Algo más, no he recibido herrajes, ni
recursos de ninguna clase hasta hoy, ni oficio en que se me haga conocer los
movimientos de la 5º. División.
Usted debe comunicarme sus órdenes y
mandarme recursos por vía Quetena, porque en último caso poraí [por allí] será
mi retirada.
Con 200 hombres [sanos] que U. mande, pero
que vengan a marchas redobladas, puedo contestar a U. de la toma de Caracoles y
últimamente Calama y de este modo estar siempre en posesión de esta importante
Provincia de Atacama y haber hecho que respiren nuestros hermanos que estaban
bajo la presión brutal; estúpida de invasores, sería pues mui doloroso
hacer una retirada para que volvieran a ocupar nuestros enemigos i entonces
ejercer las venganzas más salvajes: i tal vez reducir a cenizas estos pueblos
indefensos. U. debe comprender que estando nosotros en posesión, hemos
cortado toda clase de recursos al enemigo. Con respecto a los forrajes
entre Chiu Chiu [y] Atacama pueden mantenerce 500 bestias perfectamente, con
este motivo tengo el agrado de ofrecer a U. mis consideraciones i respeto, dios
guarde a U.
Rufino Carrasco
Es copia fiel del original
Lípez 14 de diciembre de 1.879
El Coronel
L. Morales
Transcribo las correspondientes respuestas
de los Jefes Superiores del Coronel Rufino Carrasco.
Anexo Nº 1º Estado Mayor de la 5º
División Comando, Diciembre de 1.879
Al señor Coronel Jefe del Escuadrón de
Franco-Tiradores, Coronel Rufino Carrasco, Señor Coronel:
El señor Comandante de la 5º División ha
oído con profundo agrado la lectura del parte que con fecha 6 de corriente ha
pasado usted a este Estado Mayor. Tengo orden de felicitarle por el magnífico
éxito que han alcanzado nuestras armas en el encuentro de 6 de diciembre y
prevenirle que sin demora alguna se retire usted a San Cristóbal porque hay
inminente peligro de que el enemigo corte la retirada a usted. Con este
motivo, tengo el agrado de felicitar a usted y a cada uno de los jóvenes que
forman el Escuadrón de Franco-Tiradores, como su atento y S.S. (Fdo)
Francisco Benavente
Anexo Nº 2 Secretaría General del
Estado, Sección de Guerra. Oruro 13 de Febrero de 1880. Al señor Coronel Rufino
Carrasco, Tupiza o Talina
Señor Coronel:
Aplaude el Jefe Supremo Provisorio de la
Nación el bélico entusiasmo con que usted aspira a tener un puesto en el
ejército radicado en el Perú. Dispone en consecuencia que entregando
usted personalmente las fuerzas de su mando al señor Coronel Segundo Gámes, se
presente en Potosí al Jefe Superior Político del Sud, a objeto de liquidar las
cuentas de los fondos recibidos para el sostén de su columna terminada esta
operación, se encaminará usted al Cuartel General de Tacna y se pondrá a
órdenes del Señor Comandante en Jefe del Cuerpo allí residente. No duda
el Jefe Supremo que con esta medida brinda un teatro digno del valor del
Coronel Carrasco de quién se suscribo atento y S.S.
(Fdo) Narciso Campero, Ladislao
Cabrera
Cuatro días después del Combate de
Tambillo, el 10 de diciembre remitieron los prisioneros a Tupiza. Después
de la victoria marcharon a San Pedro, donde fueron alegremente recibidos, y
restablecidas las autoridades bolivianas, se dispuso las fuerzas para resistir
el ataque chileno, pero con la esperanza de la llegada de refuerzos: éstos no
llegaron.
La dolorosa retirada tuvo que darse y
desde Toconao. Los Francotiradores dieron una larga y penosa vuelta hasta
llegar a San Cristóbal el 23 de diciembre, y por orden del Comandante de la 5º
División siguieron marcha a Sud Chichas.
El Jefe Superior de los Departamentos de
Potosí y Tarija, General Nicanor Flores, mandó al Coronel Carrasco la orden de
marchar a Potosí, pero llegando a Tupiza, recibió un segundo oficio donde el
General Flores le ordenaba conducir a pie a los 30 soldados que perdieron sus
caballos. En Tupiza las autoridades le informaron de la carencia absoluta
de recursos para poder cancelarles sus sueldos.
Después de seis semanas, el Subprefecto
les entregó 600 bolivianos, con los que pudieron viajar a Potosí. En
Cucho Ingenio Carrasco se encontró con el Coronel Segundo Gamés, que venía a
hacerse cargo del Escuadrón de Carrasco, ya que él había pedido su traslado al
teatro de guerra, pedido que le fue concedido. El Coronel Carrasco marchó
a Potosí, solo, como le previno el General Flores, fue recibido hostilmente y
se lo condujo al Batallón Calama, permaneciendo solo, incomunicado y procesado.
No pudieron probar nada en su contra, y finalmente lo pusieron en
libertad. Presentó sus cuentas con un saldo a favor de 400 bolivianos que
no se le canceló, por orden del General Flores.
Después de permanecer dos meses en Potosí,
le proporcionaron pasaporte, negándole el “diario” que la nación le pasaba como
a Jefe de Campaña. Cuando llegaron a Potosí los jefes y oficiales que
expedicionaron al Litoral con tanto patriotismo, fueron disueltos sin pagarles
sueldos atrasados y con orden de abandonar la ciudad de Potosí en el plazo de
24 horas. Tuvieron que soportar tantas humillaciones de Flores, que en la
cobarde dispersión de San Francisco fue el primero en escapar a la vista del
enemigo, y fue a ocupar en el interior de la República altos puestos para
vengarse de los hombres patriotas que arriesgaron la vida en los campos de
batalla.
El pueblo de Potosí socorrió en lo moral y
material a los valientes hijos de Chichas, en Tupiza también fueron socorridos
por las dignas señoras de esta población. Con la tranquilidad del deber
cumplido, el Coronel Carrasco declaró:
En cuanto a mí, haciendo la
reversión sobre mi espíritu, hallo que he cumplido mis deberes con entera
subordinación y leal patriotismo. En homenaje a la justicia y honor a los
bolivianos declaro que durante el combate, así como en toda la travesía por el
desierto, no vi palidecer ni manifestar temor, descontento o fatiga a ninguno
de mis hombres. Su moral y disciplina eran severas y ejecutadas con todo
[el] vigor que demandaban las circunstancias solemnes por las que
atravesamos. En el corazón mismo de la Provincia de Atacama se presenciaron
dos actos de valor y heroica consideración en el lapso corrido del 14 de
febrero al 6 de diciembre de 1876; dos combates en los que un puñado de
valientes bolivianos resistieron y lucharon en medio del desierto, contra los
enemigos de la nacionalidad. Calama y Tambillo, 23 de marzo y 6 de
diciembre, no son otra cosa que la resistencia a la conquista, a la invasión
alevosa de Chile, la protesta del boliviano contra el ultraje, la
resistencia a sangre y fuego, cualquiera que fuese el número, el resultado y
los recursos de que pudieran disponer los defensores. Bolivia luchó y luchará
eternamente, hasta conseguir la reivindicación de su territorio, hasta castigar
a los que osaron profanar el suelo patrio. Nuestro sacrificio no será estéril
por que emana de la justicia y son tan puros nuestros anhelos como nuestro
sacrifico por la redención.
En esta forma fueron tratados el héroe de
Tambillo y su escuadrón, después de que en forma sacrificada, valiente y
patriótica defendieron del usurpador araucano lo territorios de Atacama. Por
culpa del Comando de la 5º División, que no mandó en su oportunidad refuerzos y
equipo, se perdió la oportunidad de reconquistar Atacama. El comportamiento de
esos siniestros personajes que eran Jefes y Comandantes; que se escondían tras
los escritorios, corruptos y traidores que se apropiaban de los “diarios” de
los oficiales y tropa, es una de las razones porqué Bolivia perdió su Litoral.
La fotografía de don Rufino Carrasco se encuentra en el Salón Municipal de
Tupiza, entre los hombres célebres de la Provincia Sud Chichas. El 10 de julio
de 1952, en el aniversario del nacimiento del Coronel Rufino Carrasco, el
pueblo de Tupiza colocó una placa recordatoria en Talina, lugar de su
nacimiento, rindiéndole homenaje a este inmortal héroe chicheño.
Si todos los bolivianos hubieran defendido nuestro territorio como los soldados
del Escuadrón Francotiradores en la Guerra del Pacífico, con patriotismo, con
bravura, los asaltantes chilenos jamás hubieran podido perpetrar la cruel
desmembración a nuestro territorio. Después de nueve años de la Guerra del
Pacífico recién se lo reconoció al Coronel Carrasco por aquella gloriosa hazaña
en el Desierto de Atacama. Transcripción de la Resolución Legislativa del 1º de
noviembre de 1888:
Ejército Nacional, son ascendidos a Generales de Brigada los Coroneles,
Antezana, González, López y Carrasco, Cámara de Senadores.
El Senado Nacional en vista de las ternas propuestas por el Ejecutivo en 29 de
octubre último para el ascenso al alto grado de Generales de Brigada del
Ejército y en uso de las atribuciones del Art. 64 de la Constitución Política
del Estado, Resuelve: Quedan ascendidos al alto grado de Generales de Brigada
los Coroneles Belisario Antezana, Ramón González, Julián María López y Rufino
Carrasco, comuníquese al Poder Ejecutivo, Sala de Sesiones del Senado Nacional
en Sucre a 31 de octubre de 1888.
J.M. del Carpio, Roberto Téllez, Secretario; Sucre, noviembre 1º de 1888”.
Cúmplase conforme a la Constitución Política del Estado, Aniceto Arce, Julián
M. López.
BIBLIOGRAFIA
Fernando Cajías de la Vega, “La Batalla de Tambillo”, (Presencia, La Paz, 16 de
diciembre, 1979
Cesário Aramayo, Los Pueblos del Sud.
Carlos Torres Doria Medina, Hablemos de los Chichas
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