Imagen: El Sgto. Mús. Pascual Mariano Mamani, nació en uno de los villorrios del
departamento de Oruro, cuyo lugar exacto aún no ha sido determinado pero se
sabe que desde su niñez se incorporó a una de las bandas militares acantonadas
en aquella ciudad.
Tras iniciarse la Guerra del Pacífico
con el ataque a Calama, el 26 de mayo de 1880, soldados valerosos del Batallón
Colorados de Bolivia, entre los que también se enlistaron en su mayoría
indígenas con escasa instrucción militar de La Paz, Oruro y Potosí, reforzaron
un Ejército de más de 5.000 hombres para enfrentar junto a la tropa aliada
peruana, a miles de soldados chilenos en la Batalla del Alto de la alianza.
El corneta Mamani marcho a la guerra junto al
batallón Dalence como Corneta de Ordenes. El ejército Chileno ocupaba el cerro
de San Francisco, llegaron los batallones aliados "Illimani",
"Dalence" y "Zepita" (peruano) a sus cercanías, donde
descargaron sus vituallas , cuando los jefes discutían sobre sí se debía dar o
no la batalla, las avanzadas aliadas suscitaron una rigurosa refriega con la artillería
chilena. Los jefes Espinar peruano y Ramón Gonzales boliviano, a la
cabeza de sus soldados, desalojaron de sus posiciones al enemigo por dos veces
consecutivas tomándoles sus cañones; fue entonces cuando el corneta Mamaní niño
aun (16 años) supo brillar altivo y fiero, montado en uno de los cañones
tomados al adversario, tocaba su clarín pidiendo refuerzos para completar
la victoria parcial obtenida por los aliados.
El corneta Mamani con el Kepí tirado hacia la nuca
y los negros y toscos cabellos en desorden, con la frente sudorosa, los ojos
chispeantes, los carrillos inflados, tocaba su clarín de guerra con singular
arrojo y serena altivez llamando al ataque para conquistar el objetivo . Hasta
que al fin una ráfaga de fuego enemigo acalló para siempre las notas del
heroico corneta aimara, quien antes de cumplir 10 años de edad
ingresó al cuartel donde aprendió a tocar el clarín sufriendo castigos y
reprimendas del Director de la banda militar; hasta que llegó la hora de
marchar al campo de honor y cumplir con la cita histórica en la batalla de San
Francisco tras cuya acción ingresaría a la galería de héroes nacionales
como un elegido más de la gloria.
Los pueblos en todas partes y en todas las guerras
tienen necesidad de conocer los actos heroicos de sus hombres y ellos sirven
para levantar y fortalecer la moral de sus Ejércitos y del pueblo.
La vida heroica de Mariano Mamani merece la mayor gratitud porque es
modelo de virtudes heroicas, aprendió en el cuartel "la audacia sabia y la
osadía inteligente".
Es extraordinario el caudal espiritual que
encierra para el soldado boliviano el saber que sacrifica su vida
legendariamente por su Patria.
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