JUAN MENDOZA, EL HOMBRE QUE BAJÓ DE LOS CIELOS

Por Ovidio Edwin Cayoja Calizaya – Periodista / La Patria de Oruro, 1 de Noviembre de 2017

Las caminatas siempre terminaban de la misma forma, mi abuelo con la mirada perdida en la vegetación del parque Germania y susurrando algunas estrofas de la mítica obra poética de José Víctor Zaconeta "El aeronauta". ¿A dónde vas, jinete del vacío,/ Dejando montes, llanos y poblados/ Que pasan fugitivos a tus plantas/ Como visiones de un ensueño alado? y algunas otras frases así.
Una mañana de primavera mi curiosidad juvenil se animó a preguntar -¿Por qué siempre te detienes aquí y qué tonterías susurras abuelo? -, -calla adolescente malcriado e ignorante de tu entorno-, fue lo que recibí como respuesta, me enfadé un poco, pero al ver una sonrisa entremezclada de nostalgia comprendí que para mi abuelo este sector era especial.
Aprovechamos en sentarnos en una de las bancas del parque y con un tono más suave me preguntó: "¿Alguna vez oíste hablar del hombre que bajó del cielo?", mi respuesta negativa con la cabeza lo enfureció nuevamente, -¡que juventud más descabellada que olvida las proezas orureñas! -, refunfuñó, -¿por qué crees que batallamos tanto para que el nombre del aeropuerto que tenemos no cambie?, ¿no piensas un poco en lo que hizo Juan Mendoza? -, me consultó a lo que repliqué: "Es que en la escuela no nos hablaron de eso".
Comprendiendo mi sincera ignorancia el comenzó: "Me gusta mirar este lugar porque hace tiempo atrás allá por la década de los 20 acá existía el primer aeropuerto de Oruro que en realidad era una pista de aterrizaje de tierra, pero que fue testigo de hechos que marcaron la vida de los orureños y que nunca debemos olvidar".
Prosiguió: "En el año de 1915 una fundación denominada "Comité Pro Escuela Militar de Aviación de Oruro", auspició el vuelo de un chileno de nombre Luis Omar Page al mando de un avión llamado "Punta Arenas", el objetivo central de esto fue reunir fondos para que un jovencito que era parte del colegio Bolívar pueda irse a la Argentina a estudiar aviación, Juan Mendoza y Nernuldes".
Realizando una pausa, continuó: "era un chango vivísimo que se metía en todo incluso dijeron que había hecho un recorrido entre Oruro y La Paz él solo con su bicicleta, pero que su gran afición eran los cielos, por eso un grupo de personas formó esa comisión y reunieron la plata para que Juan vaya hasta Argentina y ahí se instruyó como piloto aviador profesional, todos pensábamos que él se quedaría con los gauchos porque lo querían como instructor, pero como era más orureño que el rostro asado, se vino a vivir a Oruro, él tenía su casa por la Sucre y la Soria Galvarro donde había instalado un pequeño taller".
Continuó relatando: "Se trajo desde el exterior un avión biplano denominado Fiat, ¿ay… sabrá Dios cómo se las ingenió para llegar hasta acá? porque en ese entonces la vía férrea hasta Villazón aún no estaba concluida, recuerdo bien ese año, incluso tengo el recorte del periódico LA PATRIA de esa fecha cuando Juan hacía su primer intento de vuelo, no fue en Oruro, pero todos ya sabían que un orureño pretendía desafiar a los dioses del cielo andino".
Me mostró un papel amarillento que visibilizaba algunas líneas, la fecha 11 de noviembre de 1921, el matutino local indicaba "Aviador Mendoza efectuó vuelo con todo éxito llevando como pasajero al señor Humberto Asturizaga. Reina gran entusiasmo en el pueblo. Hoy efectuará otros vuelos sobre Pulacayo; mañana viaja a Oruro".
Mi abuelo me siguió relatando: "Si vieras cómo se puso la ciudad en ese entonces, todos nos decían ´va caer un hombre del cielo´, yo era joven no comprendía bien por qué tanto tumulto. La mañana del 21 de noviembre toda la gente estaba en los cerros de la ciudad, muchos se fueron al fortín del Conchupata, otros al Cerrato, algunos estaban por el San Felipe, mi familia y yo nos quedamos por Agua de Castilla, cerca de la pampa, la mañana era maravillosa teníamos una vista del lago Uru Uru como si fuera parte del cielo, alrededor algunos pastores que se asombraban por ver a tanta gente en ese lugar".
Añadió: "Según comentaron, Juan Mendoza estaba en Poopó y cerca de las 08:00 de la mañana junto a Ángel Mardesich, comenzaron a surcar los aires orureños, que en esa época eran el terror de los aviadores que aseguraban que a más de 3 mil metros no se podía volar, a Juan no le importó y siguió con su proeza. Cerca de las 08:30 horas todos tenían la vista hacia el cielo, oímos un ruido bastante extraño, brrrrrr se escuchaba a lo lejos, brrrrrr y los animales se espantaban, los pastores no sabían lo que pasaba, la gente se emocionaba; de pronto vimos un punto en el cielo que dejaba una estela de humo, la gente estaba atónita, ver dos hombres en el aire a bordo de un aparato que simulaba ser un pájaro, ¡era un espectáculo increíble!".
"Los pilotos dieron algunas vueltas por la ciudad y luego se acercaron al lago para bajar por lo que hoy es el parque Germania, ¡un aterrizaje perfecto!, recuerdo que Juan salió con las manos levantadas y que Ángel Mardesich estaba un poco mareado, la gente se arremolinó y abrazó a los bravíos pilotos, a los hombres que bajaron del cielo, ¡yo estaba ahí!, veía su sonrisa de triunfo y también de humildad, sobre todo cuando uno de los pastores se le acercó y le besó la mano cual si fuera un ser sobrenatural o un ¡Dios! , si c… ¡un Ángel orureño que bajó de los cielos y que nos mostró que para los de esta tierra nada es imposible!", relataba emocionado mi abuelo.
"Pucha fue fiesta todo el día, recuerdo que llevaron en hombros a Juan y su copiloto hasta la plaza, el alcalde de ese entonces, don Adolfo Mier, le dijo: ´Ciudadano orureño sois el primer boliviano que ha tomado posesión de ese grandioso elemento que rodea nuestro planeta, dándole animación y vida. Increíble y sorprendente, grata emoción causa a la vez, correr rapidísimo al avión Oruro elevarse en el aire como el Cóndor de los Andes, apareciendo como una libélula sobre nuestras cabezas y perderse en el espacio como águila cauda´", prosiguió.
Yo estaba fascinado con semejante historia, pero luego de esas palabras, mi abuelo se volvió a sentar en la banca y con una triste voz me dijo: "Fue un grande sin duda, hoy nadie lo recuerda, incluso quisieron cambiar su nombre del aeropuerto, ¡jamás lo vamos a permitir!, incluso aquí en el parque Germania debería haber su foto o tal vez una placa, porque aquí se inició la aviación en Bolivia hijo mío, aquí en lo más cercano a las estrellas, bajó un hombre del cielo que llenó de gloria esta tierra, Juan Mendoza, un nombre que nunca debes olvidar".
Tomamos un pequeño descanso y luego continuamos nuestro caminar, mi mente aún recorría todo lo vivido en esa época y en lo más profundo de mi corazón yo me preguntaba: ¿Qué podría hacer yo para hacer grande a mi tierra? ¿Será que puedo hacer algo similar a lo que hizo Juan que quiso tanto a su Oruro?, preguntas que quizá todos deberíamos hacernos.

FUENTES:

Nota del periódico LA PATRIA, titulada "Juan Mendoza, el primer piloto boliviano que surcó los cielos del altiplano", escrita por Fabricio Cazorla.
Nota de Facebook de la página "Oruro casa y urbanismo del pasado", escrita por Miguel Salas Aguilar titulada "La hermosa zona "Agua de Castilla".
www.bolpress.com "Juan Mendoza Nernuldes, héroe y pionero de la aviación boliviana" escrita por Gonzalo Molina Echeverría.

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