Vista parcial de la ciudad de Oruro
Por: E. Arturo Llanque Ferrufino / Este artículo apareció
publicado en el periódico La Patria el 6 de octubre de 2010.
La minería fue, a lo largo y ancho de las colonias
hispánicas, el recurso más estratégico y base económica de la corona española;
la extracción de minerales como la plata fue el puntal para que Oruro y Potosí
sean considerados asientos mineros de gran importancia, primero para el
Virreinato del Perú y después para el Virreinato de La Plata.
Durante el periodo de 1810, año de las grandes gestas de liberación
en distintas zonas de Latinoamérica, la actividad minera en Oruro continuaba
pujante pese a la crisis económica que azotaba a la región y ser la menos
privilegiada y atendida en relación a su hermana Potosí.
El siguiente artículo está basado en el libro de María
Concepción Gavira Márquez, "Historia de una crisis: La minera en Oruro a
fines del periodo Colonial", que se publicó en ocasión del IV centenario
de la fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria en 2006.
La autora explica que "otro informe, que comprende el
estado de la minería en todo el virreinato del Río de la Plata en 1810, nos
presenta respecto a Oruro la mismas circunstancias sin percibirse ninguna
mejora. Sobre la decadencia de este asiento minero aludía a la desaparición
desde 1780 ‘de sujetos interesantes del ejercicio de la minería’",
menciona al autora.
La experta destaca a priori, que Oruro fue el segundo centro
minero de explotación en la región después de Potosí, con los aportes a la Caja
Real de Oruro y teniendo en 1810, cerca de 24 empresarios mineros que aportaban
a la corona.
La Caja Real de Oruro fue la "principal institución
fiscalizadora y administradora de la Real Hacienda", pero en 1804 sufrió
una quiebra, principalmente en la burocracia para aplicar las reformas
borbónicas "con respecto al rescate (compra) de plata por parte de los
oficiales reales son muestras inequívocas de la decisiva intervención de los
oficiales reales en la economía y sociedad de la región".
La Caja Real de Oruro, fue instaurada en Oruro en 1607, un
año después de la fundación de la Villa de San Felipe de Austria, con el
propósito de controlar la producción de plata y el cobro de impuestos.
En 1810 el mayor tributario de los mineros a la Caja de
Oruro fue Don Juan Tedesgui con 26.43 % de aportes en marcos de plata, seguido
de don Francisco García con el 17,19 por ciento, del aporte del marco que era
una unidad de peso.
A finales del siglo XVIII que marcó la revolución del 10 de
Febrero de 1781, varias minas de Oruro se encontraban agotadas por la pujante
extracción del mineral argentífero, según Gavira, las minas Nuestra Señora y
Pomabamba, ambas ubicadas en el Cerro Pie de Gallo, se encontraban aguadas,
asimismo la mina de San José estaba inundada.
En el cerro conocido como Rubiales, que linda con el Pie de
Gallo, anota la investigadora, "también tuvo ricas minas, las cuales
estaban anegadas a principios del siglo XIX. Estas fueron: San José Grande, San
José Chico, El Rasgo y Espíritu Santo".
Las inundaciones, tal como ahora, dificultaban el trabajo de
los mineros en la Colonia, porque disminuía la extracción del mineral y por
ello existía la solicitud de los mineros a las autoridades superiores, en estos
casos los subdelegados, en modernizar la maquinaria.
Sin embargo, la autora menciona que los españoles aún tenían
esperanzas de reactivar los centros mineros, porque en el pasado con los
mineros como Jacinto Rodríguez, Juan de Dios Rodríguez, se extraían cuantiosas
cantidades del metal argentífero.
La minería del periodo del siglo XIX, puede caracterizarse
por una decadencia de las minas, sobre todo por las inundaciones y problemas
naturales, además, de la falta de apoyo de la corona a los mineros de Oruro,
para sopesar el problema que vivía la Villa.
La característica de la minería colonial en Oruro, respecto
a la mano de obra, repercutía en la sobrepoblación en la época de bonanza, de
los minerales, pero a finales del siglo XVIII, existió poca presencia de gente,
entre indios para la mano de obra, debido a la delicada situación, después de
las sanciones hacia los mineros participantes en la revolución del 10 de
Febrero de 1781.
Pese a la crisis minera sobre la explotación de los
minerales argentíferos, a principios del siglo XIX se caracterizará por la
importancia en la diversificación de la explotación, con el cobre en Coro Coro,
el estaño en las minas de Oruro y Huanuni, que a finales del mencionado siglo
será el puntal del auge minero.
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