En unas horas más, Oruro y el continente conmemorarán
los 200 años de la histórica Revolución del 6 de octubre de 1810 que en los
hechos definió todo el proceso independentista de esta parte de la América,
destacando nítidamente la egregia figura del prócer orureño don Tomás Barrón.
Este acontecimiento - como los otros – siempre es propicio para desarrollar
sintéticamente el proceso cronológico de la historia orureña, saturado de
episodios heroicos y generosos, tal como titulamos nuestro último libro,
editado con motivo del IV Centenario de la Fundación de la ciudad.
Personalmente identifico siete hitos históricos, que echan su génesis en la
inmemorial cultura Uru – acaso la primigenia de la América – conforme a serias
indagaciones de su procero hijo pensante, el Dr. Ramiro Condarco Morales, que
quedaron truncas a su sentido fallecimiento, hace algo más de un año.
En 1535 el conquistador Juan de Saavedra, de la avanzada del ejército de Diego
de Almagro, fundó el pueblo de Paria en plena meseta altiplánica, siendo la
primera población española del Kollasuyo. Su nominativo derivó de la tribu de
los parias, que en criterio del historiador peruano Carlos Weisse "fuera
del Collao, la ciudad que daba nombre de la provincia Paria, fue metrópoli de
muchas otras y como tal, estuvo dotada de templo, palacio y depósito".
Era además el centro neurálgico de los Uru-Chanca, con gran poder político, a
la invasión de los aimaras.
La ciudad de Oruro como tal, fue fundada un 1ro de noviembre de 1606 con el
nombre de Villa de San Felipe de Austria en homenaje a Felipe III.
Manuel de Castro Castillo Padilla, un joven togado español, natural de Andújar,
provincia Jaén, fue quien nos legó el estandarte rojo-carmesí y las bien
alineadas calles de la ciudad, que responden al renombrado "damero
español" de la época.
Un cuarto hito y ya en la colonia, es la Conjura de julio de 1739 contra el
poder ibero, encabezada por el patriota peruano Juan Vélez de Córdova,
secundado por patriotas orureños indios y mestizos.
Vélez ofrendó su vida buscando la libertad, legándonos el famoso
"Manifiesto de Agravios", considerado como el documento más encendido
de aquella época, es decir 70 años antes de los levantamientos de Chuquisaca y
La Paz y 42 años antes de la Gesta Revolucionaria del 10 de Febrero de 1781
encabezada por los hermanos Rodríguez , Caro, Herrera, Pagador y cien más.
Consecuencia del pronunciamiento febrerino, sus protagonistas patriotas,
marcharon a pie hasta Buenos Aires, sufriendo los castigos más indescriptibles
en el trayecto y finalmente en la denominada "Cárcel de Oruro".
No debemos olvidar que esta significativa fecha del calendario histórico de
Oruro, fue recuperada -por así decirlo- en 1884 por el historiador y patriarca
orureño, Dr. Adolfo Mier y León, luego de sostenidas investigaciones personales
en los archivos de España.
Hoy, el 10 de febrero quedó reconocido como la efeméride departamental orureña,
sin amenguar desde luego los otros fastos de nuestra historia.
El sexto hito de la historia orureña es la Revolución del 6 de octubre del 1810
que conmemoramos ahora, subrayando que fue una jornada heroica, porque junto a
los patriotas cochabambinos definió la causa de la independencia, con miras al
nacimiento de la nueva República.
Finalmente nuestro ciclo se cierra ya en la república, con la creación oficial
del departamento de Oruro, hecho suscitado el 5 de Septiembre de 1826, cuando
el Mariscal Antonio José de Sucre rubricó la respectiva ley, sancionada un día
antes por el Congreso Constituyente.
De esta manera Oruro quedó incorporada con sus tres primeras provincias, como
parte constitutiva de la configuración política de la nueva República.
A través de los episodios descritos, queda sellado que el aporte orureño a la
causa de la libertad fue innegable en todo tiempo, así como lo fue también su
cuota decisiva en la formación económica de la nacionalidad.
Las minas de Oruro – comparables solo al auge de la minería potosina - fueron
el puntal del sostenimiento patrio. Oruro, nunca retaceó su concurso al
progreso nacional. En las buenas y en las malas estuvo presente, auxiliando
inclusive a regiones, que hoy por hoy le niegan su derecho de participación, o
cualquier forma de compartir potencialidades, que en el fondo son tan nuestras
y tan de ellos, porque son legítimamente bolivianas, tanto que nunca debió
hablarse de supuestas vallas o límites .
La patria es una sola y es falso el debate que se pretende hilvanar.
Oruro desde siempre fue cuna del arte, la cultura y el deporte. Por algo la
Unesco, reconoció y le otorgo el titulo mundial a su policromo Carnaval, que
básica y fundamentalmente es en loor a la Santísima Virgen de la Candelaria en
cuyo entorno se erigió un Santuario, administrado inteligentemente por la Orden
de los "Siervos de María", que el pasado 26 de septiembre celebró sus
60 años de permanencia y servicio denodado a Oruro.
Bajo el manto protector de la imagen amada, aguardamos la convicción de que Oruro
seguirá siendo el regazo de la fraternidad y la amistad colectiva, porque sus
hijos fueron templados en la fragua del trabajo y la solidaridad humanas.
¡Todo Honor y Gloria a los protagonistas de la Revolución del 6 de octubre de
1810!
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