2004; BOLIVIA DISFRUTÓ DEL GRAN CARNAVAL DE ORURO


Este artículo fue extraído de www.bolivia.com
22 de Febrero, 2004 (Oruro - La Razón)

Ocho jóvenes relatan lo que la entrada folklórica les provoca. El dolor en los pies, el peso en los hombros, el ardor en la espalda se compensan con pura pasión. 

Domingo de Convite. Sentado en una banca del parque de la Unión, el tinku de los Wistus acaricia su montera como si de un trofeo se tratara. Juraría que la sangre se le hace más densa. Esa sensación le es tan familiar... Con la bendición de la Virgen del Socavón, Marcelo Arnez, de 22 años, está listo para bailar. 
Un platillero de terno y camisa anuncia que es la hora. Los silbatos de los guías mandan tomar posición. Son los caporales Centralistas, lo dice el blanco y azul de su vestimenta. Es la primera vez de María José Plaza, quizá por eso siente que la lengua le pesa. Nunca había mascado coca y no pudo negarse en la víspera, durante la velada a la Virgen. “Qué aburrido”, había pensado, pero ahora que está cerca al mercado principal, en medio de ese mar de ojos, la devoción cobra otro sentido. 
Cinco veces. Javier Torrico, de 33 años, se ha lucido en la plaza Cívica durante cinco años. El calor que le produce el poncho de vicuña y el sombrero típico de la morenada no son nada en comparación a lo que en unos días más llevará encima. La Ferrari suele caracterizarse por sus espectaculares trajes de más de 50 kilos.... ¡Po-po-po! La banda suena cerca a sus oídos y es como si le inyectara energía. Nada se compara con eso que siente, mezcla de dolor de pies, boca seca y euforia total. 

Pero uno se queda a medias. Laura Callisaya mira la puerta cerrada de la Iglesia del Socavón y siente ganas de llorar. Cinco días es demasiado para esta chica de 17 años que ha ahorrado durante 12 meses para ser una más de los Tobas de la zona Sur. Cómo quisiera mirar la cara pintada de la Virgen y recordarle que su promesa es bailar tres años, cuéstele lo que le cueste, a cambio de su bendición para que le vaya bien en sus estudios. 
Miércoles, víspera de la entrada del Carnaval. Hace cuatro días que no tiene ni poquito apetito. Después del convite en Oruro, no hay nada más importante que poner todo a punto antes del viernes. Pero como van las cosas... En la casa del bordador Jairo Lima las manos se mueven con la velocidad de la premura. Las blusas de satín celeste cobran brillo con las lentejuelas doradas y fucsias. Pero ninguna es la de Brenda Soria. Es la tercera mañana que la muchacha de 23 años deja de ir a clases en la universidad para ver si con su presencia el artesano se apiada y le entrega su traje el jueves, como habían quedado. Sus botas con terraplenes están listas y las amansa cada noche caminando por su casa. La pollera está casi lista: a los dragones les faltan las cabezas. A Brenda le dan ganas de tomar el hilo y la aguja, porque la entrada se le viene encima. 
En la casa todos trabajan, menos el papá. La mamá, la empleada y la hermana de Julián Gamarra, de 21 años, hacen punto por punto las formas de su pantalón de caporal. él ayudaría, pero está insoportable. Su mamá, doña Esperanza Salazar, 

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dice que la última semana su hijo ha estado en la Luna. Despierta temprano, duerme tarde, ensaya los pasos, hace la maleta, la deshace... Debutará en los caporales San Simón y se siente importante por ello.

Ni qué decir de Manuel Pedraza. Esas ganas de lucirse que sintió cuando se decidió por bailar en Oruro se han ido transformando. Ahora sabe que la fiesta tiene un sentido religioso, pero también de autenticidad. Sí, se siente auténtico, capaz de reconocer que es andino y que ama el folklore, cosa que antes no lo hubiera hecho. Se mira en el espejo y nota que el traje de pujllay le queda perfecto. Se ve tan imponente... 
Jueves, víspera de la entrada de Carnaval. Sebastián Elia tiene todo listo. Mira su máscara y se le hace un nudo en la garganta. Las hermosas serpientes se deslizan por sus cuernos y los dientes le dan un aspecto tan sobrecogedor. Cuando la periodista le pregunta por qué tanta emoción, dice que no lo puede explicar. Dos lágrimas se escurren y él las limpia mientras cuenta que este es su segundo año en el Carnaval de Oruro. Ha aprendido que el diablo es más que un figura negativa. Que es el bien y el mal. Que el que se encarna en él —en sentido figurado, claro— toma el poder de una tierra de esforzados mineros. “¡Qué lindo!”, dice sin saber explicar el temblor en su voz cuando lo cuenta frente a una grabadora. Y pensar que tanta emoción, tanta pasión... tanta devoción sólo puede desahogarse frente a la Virgen del Socavón.

La transformación de la fiesta 

es impulsada por los jóvenes 

APORTE • Se están recuperando ritualidades y mitos. Por ejemplo, el del dios Wari en la diablada. 
Ser Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad ha transformado de alguna manera al Carnaval de Oruro. El comunicador social, especializado en temas de cultura, Milton Eyzaguirre, dice que hay diferentes tipos de ritualidades y mitos que se están rescatando. Por ejemplo, los mitos de Wari, una deidad maligna para los católicos, pero que en su representación andina tiene connotaciones positivas y negativas. Vendría a llamarse de las aguas y es agrícola por excelencia. Hoy en día los jóvenes que bailan diablada han vuelto a mirar a su origen y significado. Ahora se preguntan por qué bailar de diablo. La significación se explica en que el personaje pertenece al Manka Pacha, un espacio del subsuelo, inicialmente masculino, pero con un componente dual, porque también es un espacio de fertilidad. Entonces, llevar la máscara no sólo es representar al personaje católico, sino a la deidad andina. 
Pero también ocurren estilizaciones. Siempre estarán presentes en las manifestaciones folklóricas. “Todos estamos envueltos en las dinámicas culturales, todos somos partícipes de alimentar nuestra cultura y éste es el aporte de los jóvenes. No podemos estar en contra de las estilizaciones porque permiten la participación de los actores. Los chicos asumen elementos que están presentes en otros espacios de la sociedad y así, cada generación crea”, explica el comunicador.


35.000 danzarines llegarán hasta la Virgen del Socavón

21 de Febrero, 2004 (Oruro - La Razón)

Oruro espera hoy a 150.000 espectadores nacionales y extranjeros. La Policía y las Fuerzas Armadas movilizarán a 2.400 efectivos. Hasta el jueves, los hoteles se llenaron en un 85%, los alojamientos en 50 y las residenciales en 60. 

Desde hace una semana que el movimiento creció en la ciudad de Oruro. “Ha llegado más gente que el año pasado”, dice Iván Gutiérrez, un taxista y vecino orureño. 
Con la Anata Andina, el jueves, las calles se llenaron de espectadores extranjeros y nacionales. En la avenida Cívica había medios de comunicación de departamentos como La Paz,  Cochabamba y de otros países como Japón y Alemania, entre otros. 
Ayer, los danzarines de varias fraternidades trasladaban sus trajes en vehículos o en bolsas. En la terminal de buses eran más los que llegaban que los que salían. 
Las graderías en todo el recorrido estaban a la venta. Los precios variaban: 15 dólares en algunos sectores de la plaza, 120 bolivianos en otros y precios menores en el resto de las calles. 
Oruro aguarda hoy a 150.000 espectadores para lucir ante ellos la danza de morenos, diablos, tobas, antawaras, llameros, cullaguas, incas, potolos 
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y otros. 


Desde las 7.00, 48 fraternidades antiguas y siete nuevas ingresarán sumando 35 mil danzarines. 
El recorrido es de tres kilómetros, desde la avenida del Folclore hasta el Socavón de la Virgen. 2.400 efectivos, 1.200 de la Policía y 1.200 de las Fuerzas Armadas, se encargarán de la seguridad en el lugar. 
Ascanio Nava, presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (ACFO), informó de que se instalarán 10 puestos de control. En cada uno se fiscalizará tiempo y espacio entre bloques y fraternidades, para evitar el caos. 
Según el reglamento de la ACFO, están prohibidas las demostraciones en línea tanto de bandas como de danzarines y el consumo de bebidas alcohólicas en el recorrido, entre otros. Las sanciones van desde llamadas de atención hasta la expulsión. 
El jueves, según la Cámara Hotelera de Oruro, los hoteles se llenaron en el 85 por ciento, los alojamientos en 50 y las residenciales en 60. Muchas familias orureñas optaron por vaciar habitaciones y ofrecerlas en alquiler sólo por los días de Carnaval. Este tipo de alojamiento se da a 20 dólares por dos días. Otros cobran incluso 120 dólares.


Oruro confirmó que tiene una entrada siempre sorprendente


22 de Febrero, 2004 (Oruro - La Razón)

Bolivianos y cientos de extranjeros se mezclaron, una vez más, entre el público, pero también entre las fraternidades y las bandas. La magia envolvente de la música y la danza más diversas volvió a cautivar. 

Al compás de la música de la diablada, dos china supay (mujer del diablo) saltan de un lugar a otro a la vez que mandan besos al público. Su agilidad no va con los más de 90 kilos que pesa cada una. Al ingresar a la iglesia se sacan las caretas y ellas resultaron ser ellos. 
Esta mezcla de sexos al bailar, la fantasía de los colores en los trajes de cada fraternidad y la música que por su diversidad es una invitación a disfrutarla, son la esencia del Carnaval de Oruro, Patrimonio Intangible de la Humanidad. 
Cinco morenos colocados a lo largo de las calles estrechas apenas lograron pasar con su cansado ritmo. En cambio, los diablos saltaron a sus anchas por la avenida del Folklore. 
Oruro no sólo muestra la diversidad de los bailes nacionales a lo largo de 12 kilómetros de recorrido. Las calles estrechas que contrastan con las amplias avenidas permiten casi tocar a los bailarines que de pronto se alejan y se pierden. 
La fiesta que congrega a miles de turistas nacionales y extranjeros contó esta vez con el presidente Carlos Mesa. Él, después de visitar a la Virgen del Socavón, patrona de los orureños, fue al encuentro de bailarines y espectadores. 
“Nuestros artesanos nos sorprenden siempre; podríamos hacer una colección cada año de los trajes nuevos que realizan y siempre quedarnos fascinados del cambio", comentó. "Y los bailarines que tienen que cargar el peso de sus trajes lo hacen con tanto gusto”. 
De este modo, Oruro, ubicada a 230 kilómetros al sudeste de La Paz, se transformó ayer en un centro turístico.
Los bailarines, como es tradicional, empezaron su demostración pasadas las 7.00 de la mañana y continuaban ingresando hasta el amanecer de este domingo, sin importar el frío ni la lluvia que asomó por ratos. 
Los bailarines enfundados en trajes multicolores realizaron sincronizados despliegues al son de los contagiantes ritmos folklóricos que traspasaron las fronteras. 
El público no se quedó al margen, a pesar de las vallas colocadas a lo largo del recorrido, desde las graderías la alegría desbordaba. Cerveza, globos con agua y espuma se combinaron todo el día a pesar de la humedad caída del cielo. 
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Las trompetas, los platillos y bombos hicieron vibrar a las personas. La coreografía y piruetas que efectuó cada uno de los componentes de las bandas fueron un show aparte. El público que abarrotó la totalidad de las graderías desde las 10 de la mañana lucía en general satisfecho detrás de las vallas. 
Como sucede desde hace años, en Oruro ya no sólo bailan los bolivianos. Cientos de rostros asiáticos, europeos y hasta africanos lucieron los trajes bordados por los artesanos. 
Las bandas también cuentan con personajes exóticos. En las filas de la banda Real Imperial, que acompañó a la morenada Central Oruro, un europeo trataba de coordinar con la coreografía cargando su brillante saxofón. 
El Carnaval de Oruro empezó ayer y se reprisará hoy tras la celebración del alba.


El carnaval de Oruro es cada vez mejor, Mesa lo destacó

25 de Febrero, 2004 (Santa Cruz - El Nuevo Día)

La magia del colorido y tradición hizo vibrar al país. Cientos de turistas llegaron hasta la capital folclórica de Bolivia para disfrutar de esta gran fiesta. Todos se quedaron complacidos.
El presidente de la República, Carlos Mesa, destacó la riqueza cultural de Bolivia, mostrando su entusiasmo al presenciar la entrada folclórica de esta ciudad que mostró danzas y música. 
Mesa, quien lleno de entusiasmo siguió los pormenores de la grandiosa entrada del carnaval de Oruro, Patrimonio Cultural e Intangible de la Humanidad, resaltó el rescate de los valores culturales, aspecto que es evidente en esta expresión folclórica. Sostuvo sin embargo que esta expresión cultural es dinámica y cambiante. 
“Nuestros artesanos nos sorprenden siempre; podríamos hacer una colección y quedarnos fascinados del cambio que hacen año por año y los bailarines que tienen que cargar el peso de sus trajes y lo hacen con tanto gusto”, dijo. 
En cuanto a la música, el primer mandatario comentó que todo orureño que se precie de serlo, “nace con una trompeta bajo el brazo y lo increíble es su capacidad de creación”. 
Enfatizó que estaba esperanzado en que se homologue el récord Guinnes, logrado por más de cinco mil músicos que en un verdadero concierto hicieron una demostración de lo que es Bolivia. 
El Jefe de Estado, invitó a todos los bolivianos y a los visitantes a disfrutar el carnaval del país como en Oruro, Tarija, Santa Cruz, La Paz y otros distritos donde se pude ver la diversidad y riqueza cultural del país. 
Lo cierto es que la dulzura, la pasión, el ritmo, la alegría y el amor por el folclore fueron el marco que adornó la magia del colorido y tradición que hizo vibrar a propios y extraños al paso de cada fraternidad en la fastuosa entrada del carnaval de Oruro. 
La ‘Pachamama’ volvió a bailar junto a su pueblo con miles de visitantes que llenaron las calles orureñas, con el sentimiento de cada una de las notas de las maravillosas bandas y la alegría de las comparsas que invitaban a bailar y aplaudir su recorrido. 
¿Quién podía quedar indiferente ante tanta belleza?, muy pocos. La gran mayoría vibraba y cantaba morenadas, diabladas y se movía al compás de los tobas, incas, waca-wacas, zambos, caporales y otras danzas que mostraban nuestra riqueza cultural. 
Por esa y muchas razones, el folclore de nuestra tierra fue declarado Patrimonio Cultural e Intangible de la Humanidad, siempre imitado, pero nunca igualado. 
Las trompetas y los platillos estallan como los corazones de los bolivianos que muestran su riqueza que quiso siempre ser usurpada por algunos países vecinos. (ABI)

Culminó carnaval boliviano 

Cuatro intensos días de Carnaval se extinguían este martes en Bolivia con la celebración del ‘Martes de Ch’alla’, un rito ancestral andino que consiste en rendir tributo a la ‘Pachamama’ 
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(madre Tierra) y al ‘Kuntur Mamani’ (protector de la familia). 
Las viviendas de una mayoría de los habitantes de La Paz y El Alto amanecieron este martes adornadas de globos, confeti y serpentina, mientras sus cimientos eran regados con alcohol, vino y cerveza, como tributo a los protectores andinos. 
Con el estruendo de petardos de fondo y el acompañamiento de aires nacionales, los bolivianos de diversa extracción social ‘ch’allaban’ (rociaban con licor, mixturas y flores) negocios, terrenos, casas, vehículos y cualquier bien material. 
En el área rural andina, el rito de la ‘Ch’alla de la papa’, cobra mayor solemnidad y da pie a abundantes libaciones matizadas por bailes de sones vernaculares interpretados por músicos aymaras que ejecutan ‘tarkas’ o ‘moseños’ (instrumentos de viento) acompañados por tamboriles. 
Sólo en Cochabamba, centro del país, el carnaval perdurará hasta el domingo cuando se realice el Corso de Corsos.

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