Por: Elías
Delgado Morales - Periodista Profesional / Este articulo apareció publicado en
el periódico La Patria el 4 de julio de 2010.
Cuando la vorágine del olvido mina la visión humana, puede
sepultar destacados episodios de la historia, o la fulgurante trayectoria de
próceres, hombres de bien y seres creativos, que desde la diversidad de su vida
cotidiana construyeron Bolivia, sin empero dejar vestigios de su obra.
Ese es el caso de un polifacético ciudadano que
habiendo nacido en nuestro terruño a fines del antepasado siglo, cultivó con
excepcional solvencia las artes plásticas en general, las artesanías y algo que
estaba en sus nacencias: el arte del tablado. Este orureño de quilates, se
llamaba sencillamente Emmo Reyes, reconocido por la opinión pública nacional de
entonces y los Poderes del Estado, como el Primer Actor Boliviano de Teatro.
Reyes era un hombre de gran carácter, innatamente
creativo y proverbialmente amigo de todos, virtudes que le permitieron cautivar
a la juventud en los vericuetos del Teatro en los principales centro urbanos
del país, paseando además su arte con sello propio en países del extranjero,
situando los nombres de Oruro y Bolivia en sitiales de expectativa.
A él se debe entonces, la implantación y difusión
del arte del Teatro en Bolivia, junto a otras manifestaciones del espíritu, que
alcanzaron memorables niveles, principalmente desde las primeras décadas del
pasado siglo.
Estos pormenores con sus lógicas inferencias,
recogimos de otro orureño de nota, como es el industrial minero don Carlos
Galeas Grandón, que desde hace siete años emprendió un seguimiento a los
vestigios de la vida y obra de Emmo Reyes, sin que le vincule ningún lazo --ni
siquiera de amistad-- pero si esa fuerza reivindicativa de que estamos poseídos
algunos buenos hijos de esta tierra, anhelantes de ver todos sus hitos
históricos, culturales y humanos en su verdadero sitio, frente al discrecional
manejo de algunos foráneos y fuereños, escudados en un falso orureñismo sólo
para alcanzar sus objetivos personales, elucubrando aquello de que: "los
orureños son unos mansos y no les importa ni su pasado ni su historia".
Don Carlos Galeas tras perseverante acción,
prácticamente logró reconstruir el pasado del pionero del teatro o de la
actividad teatral en Bolivia. En su porfiada andadura logró los documentos
pertinentes, por los que el Presidente de la República, Hernando Siles Reyes
(1922) le declaró a don Emmo Reyes Primer Artista Polifacético de Bolivia,
otorgándole una merecida condecoración.
A su turno el Presidente David Toro Ruilova,
atento a su notable trayectoria en 1938 le confirió otra condecoración póstuma,
disponiendo además el traslado de sus restos mortales a Oruro porque
descansaban en Potosí. Hoy, aquellos restos, permanecen en la hornacina Nº 59
del Pabellón 9 de nuestro campo santo, junto a los de su compañera de vida doña
Natalia Torrelio, que era también pintora, modista y diseñadora, con quién
fundo la primera Casa de Arte alrededor de 1900 y que habría funcionado por
mucho tiempo en la Calle Colombia (hoy 6 de Octubre) entre Adolfo Mier y
Bolívar.
En ese establecimiento de arte la Sra. Torrelio
formó a la primera Bailarina de Ballet de Oruro, Gertrudis Díaz, quién llegando
ya a un grado avanzado de su técnica viajó a Europa usando de una beca,
falleciendo lamentablemente víctima de una enfermedad.
Don Emmo Reyes en vida, también ejerció la
dirección de la Estudiantina "10 de Febrero", que en unos años más
celebrará su centenario de fundación. Sus naturales inclinaciones creativas, le
llevaron a construir las primeras máscaras o caretas de La Diablada en los
inicios del siglo pasado, usando yeso, algodón, vidrios y pinturas mil.
En la década de los 30 y al fallecer su compañera
viajó a la Argentina, presentándose en el Teatro Colón de Buenos Aires y el
Teatro Maipú de Montevideo, enviando las recaudaciones logradas a Bolivia, para
emergencias de los fastos de la Guerra del Chaco.
Del prolífico hombre de arte, Carlos Galeas
rescató el siguiente dicho: "Yo nací en Oruro, fui bautizado con aguas de
copagira y a los pies de la Virgen del Socavón", a tiempo de que rechazaba
invitaciones para establecerse en ciudades del interior como La Paz, Cochabamba
y Potosí, que permanentemente estaban interesadas en su trabajo artístico.
Las gestiones que emprendió hace 7 años Carlos
Galeas, hoy están culminando exitosamente, una vez que existe la decisión del
H. Concejo Municipal vigente, para trasladar aquellos despojos al Panteón de
Notables como justicieramente corresponden.
Lo más trascendente de esta gestión es que,
también quedó establecido en definitiva, que el prócer artista orureño, era
primo del gran vate continental Pablo Neruda, cuyo nombre de pila era Neptalí
Ricardo Reyes. Un hijo de este último residente en Santiago de Chile, mantuvo
comunicación telefónica con Galeas, prometiéndole que estará presente en las
ceremonias del traslado al Panteón de Notables.
Esta perseverante gestión en el último tiempo
encontró eco en las siguientes entidades culturales de la ciudad: Universidad
Técnica , Sociedad de Autores y Compositores, Conjunto Típico Sajama,
Estudiantina 10 de Febrero, Instituto Superior de Bellas Artes, Instituto de Música
Maria Luisa Luzio, Consejo Departamental de Culturas, Unión Nacional de Poetas
y Escritores Filial Oruro y Sociedad de Intérpretes de Piano.
Reconocer las acciones y obra de los pro-hombres,
no sólo es una obligación, sino un deber insoslayable de autoridades,
organizaciones y la población en general, para perpetuar y honrar su memoria y
plantar los estandartes legítimos de la identidad del pueblo, en estos tiempos
en que, las autoridades mal llamadas de cultura, se dedican a exaltar
expresiones frívolas y carentes de contenido histórico y espiritual.
Muy bien por las acciones del Sr. Galeas y las
entidades que hoy le secundan. ¡¡¡Emmo Reyes y su memoria, deben pasar al
Parnaso de los Grandes!!!.
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