Los primeros grupos de
diablos, estaban conformados por trabajadores del interior de las minas, que
utilizaban trajes confeccionados con los elementos rutinarios del trabajo, se
envolvían cueros en los pies, como lo utilizaban en sus faenas diarias y cubrían
sus espaldas con pañuelos de la tinka y la achura, las mismas que significan el
intercambio entre los trabajadores y los empresarios en las vísperas del
carnaval, entregando los primeros cierta cantidad de metal esmeradamente
seleccionado a cambio de confites, serpentinas y licor.
Con el transcurso del tiempo, se fue cambiando la
vestimenta de los danzarines, utilizando en algunos casos zapatos con polainas
de cuero para cubrir las canillas y en otros utilizaban botas de trabajo, dando
paso al nacimiento de una legión de artesanos que iniciaron la fabricación de
máscaras y caretas con facciones temibles y horrorosas, donde se adhirieron
elementos propios de la mitología andina.
Es así que en 1904 se fundó la primera diablada,
organizada por mineros y principalmente por comerciantes de carne, que hasta
hoy se mantienen con el nombre de Gran Tradicional Auténtica Diablada Oruro,
más conocida como Matarifes o Mañazos.
Bajo la dirección de la familia Corrales, esta
institución pudo mantener su participación a pesar del inicio de la Guerra del
Chaco con Paraguay, cuando todos los jóvenes tuvieron que acudir al resguardo
del territorio nacional.
Al finalizar la guerra, los que volvieron,
reiniciaron su participación en el carnaval, bailando para la Virgen del
Socavón, como una acción de gracias por la nueva oportunidad que les dio, al
seguir vivos.
El año 1942, varios jóvenes universitarios
pertenecientes a la clase media de la sociedad orureña, contagiados por la
energía espiritual del que hacían gala los danzarines en la fiesta grande,
participaron de manera casi anónima del conjunto diablesco, por temor a las
críticas de su entorno social, ya que consideraban que tal manifiesto era
propio del pueblo.
Los pioneros de esta osadía fueron Gustavo Ortiz,
Hugo Peláez, Hugo Saavedra, Alberto Lozza, Isauro Romano, Simón Arias, Leopoldo
Egido, los hermanos Méndez, José Encinas, Guillermo Arias, que al ser
descubiertos por algunos amigos o por sus compañeros, recibieron críticas
favorables que generaron el interés por gozar de dicha experiencia.
Después de un año se acoplaron a este grupo Julio
Quintanilla, Rosendo Cárdenas, Alberto Peña, Vidal Rivera, Donato Zarzuela,
Angel Siles, Eduardo Leclere y otros con los que el conjunto de diablos fue
cambiando su estructura social.
El 16 de Julio de ese año la diablada recibió una
invitación de la Prefectura de La Paz, para festejar su aniversario. El
conjunto preparó el viaje haciendo un compromiso en el que indicaba que se les
pagaría por esa presentación y dicho pago iría en beneficio de las arcas de la
institución.
Es así que Julio Quintanilla, secretario de
hacienda de la institución de ese entonces, repartió el dinero entre los que
consideraba que eran merecedores, marginando a un gran número de integrantes,
lo que ocasionó una molestia generalizada y la posterior separación del
conjunto.
CREACION DE LA FRATERNIDAD
Los jóvenes universitarios que formaban parte de
esta institución, decidieron formar otro conjunto manteniendo las tradiciones,
respetando los valores morales y cultivando la cultura de Oruro. Es así que
luego de varias reuniones y contactos con nuevos devotos, deseosos de rendir
pleitesía a la Virgen del Socavón, el 25 de Febrero de 1944 logran formar otro
conjunto con el nombre de FRATERNIDAD ARTISTICA Y CULTURAL LA DIABLADA.
Para dar realce a esta creación fueron invitadas
las principales autoridades municipales de Oruro, Don Alfonso Requena, en
calidad de Alcalde y Don Francisco Bayá Graneros como Oficial Mayor de Cultura,
con el propósito de dar posesión a la primera directiva de los fraternos.
El primer presidente de la Fraternidad fue el
Mayor Carlos Zaconeta, por el periodo de un año y dentro de su directiva se
encontraban Gustavo Ortiz, Hugo Saavedra, Alberto Lozza, Hugo Peláez, José
Ocampo, Guillermo Rodo, Angel Mier, Guillermo Aries, Luis Arraya, Emilio
Telleria, Leopoldo Egido, Teodoro Lazzo, Antonio Mier, Guillermo Calvo, José
Arzadum, Vicente Arias, Alberto Arce, Damián Cuentas, Isauro Romano, Hugo
Valdivia, Freddy Antezana, Hugo Nava, Gerónimo Alcocer, Ricardo Aliendre,
Benigno Terceros, Walter Siles, Gerardo Landaeta, Federico Tedeski, Juan Soria
Galvarro, Víctor Santa Cruz, Héctor Gutiérrez, Reinaldo Ortuño, José Dephilips,
Rodolfo Elías, Francisco Bayá, Hugo Tapia y Víctor Miranda.
También se conformó una cofradía de la Virgen del
Socavón, integrada por varias señoras de la sociedad como Amalia V. de
Recacochea, Sara de Ramallo, Aidé de Cabrera, Lola de Buitrago, Lola de
Urquiza, Ana Dorado, Carmen de Mendizábal, Lola de Córdova, Obdulia de Valera,
Alicia de Peñaranda, Lila de Briacon, Nieves de Herboso y Mercedes de
Balderrama.
Debido a las mejoras de la vestimenta y de la
misma danza, este conjunto recibió el apelativo de Pijes o Kharas, que
significa Elegantes y Decentes. Esta institución fue la que uniformó los pasos
y sus propias coreografías, además de los trajes que le dieron un prestigio que
hasta la fecha los distinguen.
La Fraternidad fue fundada por 75 personas, de las
cuales la mayoría ya fallecieron, tal es el caso del señor Simón Arias Cortez,
presidente en varias ocasiones de la institución, quien murió un domingo de
Carnaval, haciendo lo que le gustaba, bailando, con el estandarte de la
institución en manos, este personaje fue muy querido por los que lo conocieron
en ese entonces. Los que quedan aún con vida, nos narran sus experiencias y nos
ayudan a conocer más a fondo la historia de los fraternos.
Estos personajes compusieron varios temas con
respecto al carnaval, que hasta la fecha se las canta, entre ellas podemos nombrar
el Canto de Llegada, el Canto de Despedida, Supaykuna, La Cueca, Carnaval para
Bailar, Las Pampas de Oruro, Bella Ciudad de Oruro, Somos Diablos, Viva la
Fraternidad, Linda Orureñita, Ararancas, Gorritos Rojos, El Pavito, Víbora en
Mano, Forastera, en las Calles del Perú, Los Arenales, Hermosa Virgen, No se
Puede y otras más.
En 1945, se cambió el traje de diablo, ya no era
un pañuelo, si no eran tres, que se ponían en la espalda, se acomodó uno al
medio que era totalmente bordado y dos en forma lateral con las tres puntas
hacia abajo simétricamente armadas.
De igual manera, implementaron la uniformidad de
los pasos en la danza, creando la vuelta durante el brinco. Este paso realzó
aun más el espectáculo de la Fraternidad ante los ojos de la ciudadanía orureña.
Los ensayos se realizaban en el Faro de
Conchupata, haciendo un recorrido hasta el Mercado Campero, donde realizaban
sus movimientos coreográficos, que eran preparados sin dislocar el Auto
Sacramental.
Ese mismo año se hizo la proclamación de la
primera hermana Predilecta de la Fraternidad, la señorita Sussy Biggeman, cuya
corte estaba conformada por distinguidas damitas de la sociedad orureña.
El título de Hermana Predilecta, se dio en razón
de reconocer como reina, solamente a la Santísima Virgen del Socavón, patrona
de los mineros y de los diablos de Oruro, factor que se sigue manteniendo en el
presente.
En 1946, bajo la directiva de Simón Arias Cortez,
se reglamentó el uso del uniforme para los ensayos, que consistía en una gorra
roja con nuquera, camisa o casaca blanca y pantalón de color negro, distintivo
que hasta nuestros días identifica a los Kharas.
En 1947, se estrena una nueva coreografía
denominada La Estrella, que simboliza el triunfo del Arcángel Miguel ante los
diablos. Ese mismo año se creó la teatralización del relato escrito por el cura
Ladislao Montealegre y que fue adaptado al teatro, exclusivamente para la
Fraternidad, por el escritor orureño Rafael Ulises Peláez.
El año 1948, nuevamente de presidente el señor
Simón Arias, junto a su directorio, complementan el uniforme de ensayo, como el
calcetín blanco, pañuelo de seda en el cuello y pañuelos en las manos por
filas, se implementó el pañuelo de color rojo para la fila derecha y el verde
para la izquierda, mismos que se llevaban en la mano derecha.
En la presidencia del fraterno Armando Meriles, en
1949, dentro del disfraz, se instauró el buzo blanco, botas con canilleras de
color rojo y blanco y se cambió el trinche por la víbora, ya que era peligroso
el manejo durante el desplazamiento de la danza.
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