Por: Álvaro Escalera Zambrana – Periodista / La Patria de Oruro,
1 de Noviembre de 2017.
"Todo el vecindario de Oruro" acudió a presenciar
la histórica llegada del ferrocarril a suelos orureños, según señalaron las
crónicas periodísticas de la época, pues se trataba de un hito importante para
la región y el país, ya que a partir de ello se cambiarían las formas de
transporte para la industria y también para los viajeros.
La mañana del 15 de mayo de 1892 fue inolvidable para el pueblo de Oruro. Los
cinco mil habitantes que en ese entonces constituían toda la población de esta
ciudad, aguardaban con júbilo la llegada del relativamente nuevo sistema de
transporte; que si bien ya tenía vigencia en el mundo desde 78 años antes y en
el continente al menos unas cuatro décadas, en Bolivia prácticamente era algo
poco conocido.
Así pues sucedió, que la pequeña ciudad de Oruro se aprestaba a recibir al
ferrocarril. Los vecinos dispusieron en los frontis de sus hogares las banderas
bolivianas y se adornó la urbe, especialmente el trayecto entre la Estación,
que en ese entonces parecía estar muy alejada, y la Prefectura, donde se
dispuso un arco triunfal construido con adobe; junto a este se instaló el palco
para autoridades.
Por supuesto para que el ferrocarril pueda llegar hasta donde se encuentra la
Prefectura, en la plaza "10 de Febrero", se tuvo que instalar un
desvío férreo provisional.
De esta manera se tenía todo listo para la mañana del 15 de mayo de 1892;
dianas y salvas militares hicieron el anuncio desde temprano, para lo que iba a
suceder en la histórica jornada.
A media mañana aproximadamente, se efectuó un desfile escolar y a partir de ese
momento la ciudadanía comenzó a juntarse en la "Plaza Principal". En
la iglesia parroquial se llevó adelante una misa de acción de gracias, en la
que participaron las autoridades nacionales que llegaron a Oruro.
El acto inició minutos después. La ceremonia inició con la entonación del Himno
Nacional, que fue coreado por todos los presentes, que a la sazón, era
prácticamente toda la población orureña.
"Esta es, señores, la primera fruición que halaga mi espíritu, durante el
largo periodo que llevo consagrado a las penosas labores administrativas. Está
realizada mi más grande aspiración desde que aprendí a servir y amar a la
Patria, buscando para ella los medios efectivos de su engrandecimiento. Veo
aquí, en el centro de Bolivia, el primer ferrocarril que viene a anunciarnos
una gran transformación vigorizando nuestras fuerzas sociales", expresó en
su discurso el presidente del país de ese periodo, Aniceto Arce.
Arce fue la octava autoridad en hacer uso de la palabra durante la ceremonia de
llegada del ferrocarril. Antes que él, se destacan las alocuciones del jefe del
Cuerpo Nacional de Ingenieros, Julio Pinkas, y del ministro de Gobierno y Obras
Públicas, Telmo Ichazo.
Pero fue el de Arce el que emocionó al público asistente. "El pueblo de
Oruro que por su ventajosa topografía ha de alcanzar en no remoto tiempo un
gran desarrollo, ha sido el primero en recibir los beneficios del ferrocarril.
Empero, este clavo que tengo la honra de fijar al término de la nueva línea, no
será el último, porque ella se ha de prolongar a los demás departamentos,
llevando la fuerza y la vida hasta los confines del territorio en el
departamento del Beni".
Dicho esto, Arce procedió a colocar un simbólico clavo de oro al final de la
vía. Sus ministros y otros invitados le siguieron y pusieron otros clavos de
plata. En ese instante todos los asistentes prorrumpieron en aplausos, que se
incrementaron cuando minutos después la locomotora del ferrocarril hacía su
ingreso, en medio de salvas y tañidos de campanas.
Así Oruro recibió el ferrocarril, que fue pieza clave para retomar los aires de
progreso en la región y que hasta la fecha, tanto la Estación como el servicio
mismo de transporte por rieles, son íconos de la región orureña.
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