Por: Johan Romero Rodríguez. – Periodista / La Patria de
Oruro, 1 de Noviembre de 2017.
A inicios del siglo XX, cuando el crecimiento de la ciudad
de Oruro era importante, principalmente porque en esta región del país vivían
muchas familias poderosas, económicamente hablando, puesto que el auge de la
minería estaba en lo más alto, el movimiento cultural también estaba en
ascenso.
En esta época, las familias de la clase alta y media alta, se destacaban por
tener un piano en su hogar, claro, las damas de esa época debían ser bien
educadas en todos los aspectos culturales, por ello las señoritas aprendían a
tocar este bello instrumento.
Si alguna damita de sociedad buscaba casarse, debía saber tocar el piano y
mucho mejor si hablaba otro idioma, por ello se podía decir, que esta ciudad
era una "mina de oro" para los educadores en el idioma inglés y ni
qué decir de los maestros del piano.
Pero una mujer se destacó entre todas, la célebre pianista María Luisa Luzio, a
quien debe su nombre el Instituto Superior de Música de la ciudad de Oruro,
cuya familia fue muy afecta a las artes y la cultura, según datos brindados por
el arquitecto e investigador orureño, David Bravo, fue precisamente su familia
quien erigió este importante espacio cultural.
La familia fue específica en indicar qué es lo que querían con la construcción
de este espacio, un palacio para los conciertos de su hija, de ahí su nombre,
el teatro "Palais Concert". A partir de esa época fue el centro más
importante para las reuniones y tertulias culturales más significativas.
Cabe destacar que casi al mismo tiempo se erigieron tres edificios icónicos de
la ciudad de Oruro, aunque no se tiene un dato exacto, fue en la primera década
del siglo XX, que se construyeron el Palais Concert, el Hotel Edén y la oficina
central de La Salvadora, donde actualmente funciona la carrera de Ciencias de la
Comunicación Social de la Universidad Técnica de Oruro (UTO).
Situada en pleno centro de la ciudad, exactamente en la parte sudoeste de la
plaza 10 de Febrero, está una de las edificaciones que sobrevive al transcurso
del tiempo.
Su arquitectura se puede clasificar como un estilo ecléctico, una mezcla del
neoclásico europeo y el clásico de la cultura griega, con la presencia de
columnas de estilo dórico, jónico y corintio, dando una imponente presencia en
el centro de la Capital del Folklore de Bolivia.
Por este espacio pasaron los más grandes artistas de esa época, gracias a
ciudadanos que integraban grupos sociales que vivían en Oruro, como el Círculo
Italiano, el Círculo Inglés, el Club Español, el Club Árabe y el Club
Yugoslavo, donde compartían diferentes veladas artísticas.
Pero todo el edificio era dedicado al arte, puesto que en la parte alta
funcionaba una confitería café, donde se reunían las familias más pudientes de
la época, además de tener un espacio de tertulias para presentaciones de pequeñas
obras de teatro o presentaciones de libros.
Fue el inicio de la década de 1970 cuando acabó el auge de este espacio, el
teatro habría cerrado porque entraron en quiebra, y como una manera de salvar
este lugar, los dueños de esa época, la familia Vargas, lo convirtieron en un
cine. En esta época fueron introducidas algunas figuras decorativas que
rompieron totalmente el diseño arquitectónico de este espacio.
Actualmente, el teatro Palais Concert es utilizado como oficinas de la Asamblea
Legislativa Departamental de Oruro (ALDO) y de la Secretaría de Cultura y
Turismo del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro (Gad-Oru), viendo cómo se
deteriora poco a poco, esperando su muerte como espacio cultural.
Vanas fueron las promesas de las autoridades y en el aire quedó el compromiso
de los artistas que defendían este espacio, porque ahora el teatro es utilizado
como salón de exposiciones o para funciones de algunos elencos artísticos, que
hacen sentar al público en asientos de plástico, o deteniendo las butacas con
ladrillos.
Fuente: David Bravo.
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